Los cuatro venezolanos que disputaron ayer el Juego de Estrellas del Futuro prometen apurar su llegada y consolidación en las grandes ligas
SAN LUIS
Jhoulys Chacín esbozó una amplia sonrisa, miró hacia las tribunas del Busch Stadium y resumió la emoción de ser uno de los llamados al Juego de Estrellas del Futuro: “Esta es una nueva experiencia. Es poder ver el ambiente de las grandes ligas”.
Los cuatro venezolanos que asistieron ayer al tope confían en que la espera por comprobarlo no será muy larga.
Chacín, Jesús Montero, Wilmer Flores y Alcides Escobar, el único bigleaguer del grupo, formaron parte del equipo Resto del Mundo, que se enfrentó a una escuadra de Estados Unidos en el encuentro donde los mejores prospectos de cuatro categorías, desde triple A hasta clase A media, se muestran cada año antes del Juego de Estrellas de las mayores.
Algunos trajeron nostalgia: Flores esperaba que sus padres pudieran verlo jugar a través del televisor, y ni Chacín ni Escobar vinieron acompañados. Montero, en cambio, llegó con un contingente, padres, novia y agentes, dispuesto a celebrar la ocasión.
“Estar aquí es emocionante”, explicó el receptor de los Yanquis, que últimamente ha demolido a los lanzadores de doble A. “Claro que el año pasado fue distinto, porque fue mi primera vez. Ahora estoy más relajado, pero muy contento”.
Montero tomó parte del choque disputado en el viejo Yankee Stadium, en 2008, y escobar asistió al de San Francisco, en 2007. Y al igual que el receptor, el torpedero admitió que tomó esta convocatoria con más tranquilidad.
“En realidad me lo esperaba”, admitió, después de firmar seis docenas de pelotas, tres home plates y dos camisas de la novena global, puestas sobre una mesa, en el clubhouse. “En 2007 estaba más contento, pero esta también me alegró, porque mientras más oportunidades me den, mejor”.
Es muy probable que Escobar vuelva a la gran carpa dentro de poco; los Rockies esperan ver pronto a Chacín arriba y Montero cree que quizás le llegue la hora el año que viene. De los cuatro, Flores es el único que parece lejos. Y claro, tiene 17 años de edad y fue el menor entre los 60 prospectos ayer reunidos en San Luis.
Basta escuchar al espigado torpedero de los Mets de Nueva York y los Bravos de Margarita para creer en lo imposible. Tal es la seguridad con que habla.
“No me asusta jugar contra peloteros de 25 o 26 años de edad; si te pones nervioso, este juego no es para ti”, soltó. “Quiero parecerme a Miguel Cabrera. Dicen que no podré mantenerme en el shortstop, por mi tamaño y mi velocidad, pero les voy a demostrar lo contrario. Sí puedo llegar a las grandes ligas dentro de poco. Voy a lograrlo”.
Todos los llamados al Juego de Estrellas de Futuro son candidatos a conseguirlo. Tienen el talento y por eso sueñan. Les espera el porvenir.
El dato
Wilmer Flores cumplirá 18 años de edad en agosto. También es el pelotero más joven en su liga de clase A media
CON SABOR VENEZOLANO
El manager José Oquendo le anunció a Alcides Escobar que jugaría el encuentro entero y el aviso resultó providencial, porque tras una demora de casi dos horas, debido a la lluvia, el campocorto de La Sabana fue la figura central del Juego de Estrellas del Futuro, ayer.
“Estoy contento”, dijo Escobar al finalizar el encuentro, tras abrir la pizarra en el primer inning con una rayita, forzar la carrera del empate en el último acto y anotar la que marcaría la diferencia, en la victoria del Resto del Mundo 7 por 6 sobre Estados Unidos, en el Busch Stadium. “No le pude dar a la pelota con fuerza, como quería, pero lo importante es que salieron los hits”.
El shortstop varguense soltó un par de infieldhits, en una jornada en la que actuaron los cuatro criollos: Jesús Montero, receptor abridor, se fue con una empujada; Wilmer Flores jugó por primera vez este año como intermedista y Jhoulys Chacín tiró un episodio en blanco, con dos ponches.
“Haber jugado en este estadio ha sido lo mejor”, exclamó Flores, secundado por Chacín. “Te sientes en las grandes ligas”.
INTERMEDIO CON FRISBEE
La llovizna que cayó sobre el Busch Stadium apenas comenzó el Juego de Estrellas del Futuro se convirtió en un aguacero poco después de concluir la entrada. Ganaba el Resto del Mundo 2 carreras por 0, gracias a una reacción que inició Alcides Escobar con un infieldhit, pero las autoridades del encuentro decidieron detener la acción y hacer colocar la lona, anticipándose al palo de agua. En las siguientes horas, la diversión del público estuvo en los miembros del equipo estadounidense que jugaron frisbee en el outfield, bajo las gotas. Las mejores atrapadas ganaron los mayores aplausos.
Publicado en El Nacional, el lunes 13 de julio de 2009.
