Frank Kremblas recompuso al equipo hace un año y le dejó a Dave Hudgens la tarea de replicar su éxito. Los Leones pasaron de perder a su manager a ganar 40 juegos dos temporadas seguidas
Dave Hudgens no sabía qué esperar cuando una representación del Caracas, encabezada por Luis Ávila, se reunió con él una mañana de julio, en Cleveland.
Los Leones habían recibido poco antes la noticia de que Frank Kremblas, el Manager del Año en la campaña 2008-2009, había preferido quedarse en casa durante el invierno boreal, aludiendo motivos familiares.
Los felinos, que necesitaron de Kremblas para recomponer el ambiente de un clubhouse roto por la polémica y los malos resultados del campeonato anterior, debieron resolver en pocos días la interrogante sobre quién conduciría al equipo en los entrenamientos de pretemporada, a dos meses vistas de la pequeña crisis creada por la decisión de Kremblas.
“Recibimos una gran ayuda de los Indios de Cleveland, para reorganizar nuestro cuerpo técnico”, admitió Ávila hace unos días.
Hudgens, coordinador de ligas menores de la tribu, se reunió brevemente con los enviados melenudos y a las pocas horas tomó un avión de regreso a Arizona. Caracas ya tenía piloto para la 2009-2010.
“No sabía qué esperar entonces, porque no conocía quiénes formaban parte de la divisa”, recordó Hudgens, luego de que sus dirigidos conquistaran la cuadragésima victoria de la tropa metropolitana en el campeonato, convirtiendo a los Leones en la primera novena en la historia de la liga con dos cosechas consecutivas de al menos 40 ganados.
“Es increíble que no hubiera ocurrido antes”, continuó el estratega, antes de explicar el porqué de la rareza. “Hace falta mucha consistencia durante mucho tiempo. En dos años no puedes caer en casi ningún bache y necesitas tener una sólida arrancada”.
El mandamás capitalino tiene doble mérito, pues no tomaba las riendas de un club desde que dirigió interinamente al Magallanes, en la 94-95. En el norte trabajó como coach e incluso llegó a serlo en las grandes ligas, con los Atléticos de Oakland, pero hasta ahora no había asumido la conducción de otra institución.
“Estaba esperando la oferta adecuada”, fue su razonamiento cuando le preguntamos por tan largo plazo, a inicios de la zafra.
Caracas fue el equipo adecuado, la oferta ideal: el grueso de la nómina que llegó hasta el séptimo juego de la final está allí. La gerencia logró que más brazos de proyección tuvieran permiso, así fuera limitado, para dar su aporte en la eliminatoria, y el resultado ha sido un elenco potente, que ha galopado el calendario junto al Magallanes.
Los melenudos lograron en la eliminatoria la segunda mejor efectividad colectiva del campeonato, el mejor slugging, el quinto mejor promedio de embasado y apenas una carrera anotada menos que la alineación más productiva.
Para Hudgens, todo se reduce en la palabra que repite como un mantra: “Consistencia. No se pueden ganar 40 veces dos temporadas seguidas si no tienes consistencia”.
Este Caracas la tiene. Y le toca probarlo en la postemporada
Un curioso ganador en un día histórico
EL TOQUE DE HENRY RODRÍGUEZ
Henry Rodríguez le dio un toque adicional de colorido a la histórica victoria de los Leones, el último domingo de la eliminatoria, pues hizo su debut como caraquista en el estadio Universitario, frente a su ex escuadra y contra el pelotero por el que fue cambiado a las Águilas, Mario Lissón.
Rodríguez ponchó a Lisson, regaló un boleto y terminó con una entrada en blanco y dos guillotinados. Una reacción de sus compañeros le permitió anotarse la victoria.
“El que le pega a su familia se arruina, y ellos me pegaron primero a mí, cuando me cambiaron”, dijo con una sonrisa de satisfacción el relevista de la recta de 100 millas por hora. “Es agradable pertenecer a un equipo como este, donde hay tanta garra y tantos caballos, y donde puedo aprender muchas cosas”.
El apagafuegos, quien se declaró a un “90 por ciento” de sus capacidades y a “un par de relevos” de alcanzar su tope, mostró la misma actitud delante de los micrófonos que la exhibida cuando tiene la pelota en la mano.
“He mejorado porque todo depende de la confianza”, afirmó. “En las Águilas el manager no me la tuvo y sufrí algunos problemas físicos. Pero sigo desarrollándome y aprendiendo de los errores. No había ganado desde 2007, cuando era abridor. Este es mi segundo triunfo y espero sumar muchos más con el Caracas”.
