El novato triunfa gracias a su versatilidad. Los Leones descubrieron una gema en este campocorto guayanés, inesperada figura decembrina
Marwin González tuvo su bautizo deportivo el jueves 10 de diciembre. Ese día ayudó a hundir a los Tigres con un par de tubeyes y una atrapada de circo en la antesala, que impidió la reacción aragüeña e hizo que la televisión le buscara al final del encuentro, considerándole figura.
El infielder guayanés todavía sonríe cuando recuerda el episodio. En medio de la entrevista, y sin esperar lo que sucedería de inmediato, uno de sus compañeros se acercó a hurtadillas y le estrelló en la cara un pastel hecho con espuma de afeitar, la clásica novatada que se aplica en el beisbol al recluta que es entrevistado por algún buen juego.
“Creo que fue Gregorio”, apunta González, en referencia a Gregorio Petit, el torpedero de los Leones. “No lo vi venir y me agarró con los párpados abiertos”.
El ardor que ha debido sentir en los ojos el nativo de Puerto Ordaz no empañó uno de los mejores recuerdos de esa colección de memorias gratas que el utility ha ido acumulando en la recta final de la eliminatoria.
González, que comenzó como un pelotero más en la nutrida cueva del Caracas, es hoy una de las piezas más usadas por el manager Dave Hudgens, al punto de que la gerencia se sintió confiada con la perspectiva de despachar a Mario Lissón al Zulia, para adquirir al grandeliga Henry Rodríguez y mantener en acción al novato.
“En diciembre juegan los peloteros de experiencia, pero gracias a Dios me han salido las cosas bien a la ofensiva y a la defensiva”, comenta el joven. “He podido ayudar al equipo, mientras buscamos quedar en el primer lugar”.
Hudgens no escatima elogios, cuando se refiere a su jugador.
“Se está desempeñando realmente bien”, dice, con gran seriedad. “Ha hecho el trabajo en tercera, y el otro día, en el short, hizo una jugada de alto nivel en el hueco”.
No es fácil conseguir un lugar en un lineup poblado con cinco importados y varios criollos de primera línea en esta pelota. Tampoco es fácil batear bien en diciembre, cuando se tiene poca experiencia, y González anda en .278 de average y .481 de slugging, una cifra, esta última, que ha engordado gracias a 5 dobles y 2 jonrones en apenas 54 turnos.
“Los coaches (Jon Nunnally y Antonio Armas) me han dado buenos tips para batear”, explica González. “Mis compañeros también me han dado consejos para la defensiva. Se los agradezco”.
González se ha convertido en un coleccionista de guantes, una habilidad que puede apurar su llegada a las mayores.
“He jugado en el infield desde pequeño, soy un shortstop natural, pero los Cachorros me pusieron a jugar este año en el outfield”, continúa. “Ahora tengo un guante para tercera, uno para el medio del cuadro y otro para el outfield. Es una gran ventaja; tengo más chance de jugar todos los días y me han dicho que, si bateo, tendré el camino abierto para llegar más rápidamente a las grandes ligas”.
Un día después de recibir el pastelazo en Maracay, González conectó un hit productor que sentenció al bigleaguer Ronald Belisario y a los Tiburones. Es ese el recuerdo que mejor atesora de su inesperado protagonismo con los capitalinos y otra prueba de que la ofensiva puede llevarle a buen puerto, no importa la posición que defienda. Porque él lo tiene claro: “Yo, con tal de llegar a las mayores, juego donde sea”.
El dato:
Marwin González comenzó la campaña con el número 9, pero cambió al 4 cuando Daniel Mayora fue bajado. Es uno de los 7 jugadores apellidados González en la organización. Tenía 4 turnos con los Leones, antes de la 2009-2010
El manager pidió adquirir al novato
EN LA MIRA DE BUDDY BAILEY
Un coach venezolano que trabaja con los Cachorros fue el primero en darle el dato a Marwin González, en el spring training: “Me dijo que (el manager) Buddy Bailey estaba haciendo lo imposible para que me cambiaran a los Tigres de Aragua”, recuerda el infielder.
Bailey conoció a González en los entrenamientos de clase A y gustó de su potencial. Le dirigió en esa categoría, fue el primero que le alineó en el outfield y un día le admitió al recluta que quería llevárselo a Maracay, para darle el mismo uso que a otros jugadores del cuadro que el técnico ha convertido en súper utilitys, una de las claves de la hegemonía tigrera en esta década: Martín Prado, Luis Maza, Ramón Castro y últimamente Yongervis Solarte.
“Me dijo que me quería en su organización”, sonrió el caraquista. Y si el cambalache no ocurrió, quedó el gusto. “Te enorgullece. Te das cuenta de que están pendientes de ti y que algún día puedes tener un rol en Venezuela”.
Ese tiempo está llegando para González. Aunque no en Maracay, sino en Caracas.
Díganle MarUin
Existe la duda entre aficionados y locutores. Unos pronuncian literalmente el nombre del joven infielder y otros le dan un giro germánico, pronunciando como v la w de Marwin. El periodista Reyes Medina jugó con las palabras y le apodó Marwin “Maravilla” González, en alusión a su rendimiento decembrino. Así que díganle “Maravilla”, pero díganle Marwin con u, no con v. “Es w, i, n”, aclaró el jugador. “Y se pronuncia Mar-uin”.
Publicado en El Nacional, el domingo 20 de diciembre de 2009.
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