Rusty Ryal quiere aprender a tomar elevados. El nuevo refuerzo de los Leones está seguro de que la versatilidad le ayudará a triunfar en las grandes ligas
Rusty Ryal nunca había escuchado hablar de Oswaldo Virgil, pero no puede estar más de acuerdo con el dominicano.
Cuenta Luis Sojo que, en sus primeros tiempos en la pelota, el manager dominicano de los Cardenales de Lara le envió un día a cubrir el outfield, una posición ajena al caraqueño de Petare.
“Quien coge roletazos también coge elevados”, recuerda Sojo que le dijo Virgil, ganador de cuatro campeonatos en Venezuela, con los Leones, los Tigres y los Tiburones.
El petareño aprendió así que la versatilidad puede convertirse en un modo de vida en el beisbol. La habilidad para defender varias posiciones le sirvió para actuar en 851 encuentros durante 13 temporadas en las grandes ligas, incluyendo una docena en el outfield.
Ryal vino al país con esa convicción, para reforzar a los Leones del Caracas: “Tengo la habilidad para jugar en el infield, pero quiero ser más que un utility. Quiero convertirme en un súper utility”.
Sólo los súper utilitys son capaces de cubrir con eficiencia tanto el cuadro como el jardín, con el añadido de batear sobre la media de cada liga. El término se acuñó hace dos décadas, a propósito del éxito que obtuvo en las mayores otro antiguo visitante del circuito criollo, Tony Phillips.
“En Arizona me han etiquetado así”, apuntó Ryal, quien ha sustituido en el left del Universitario al productivo Jordan Brown. “Puedo jugar en el infield, pero aprender a hacerlo en el outfield me va a dar un lugar casi seguro en las grandes ligas. Será un proceso de aprendizaje, que me permitirá estar en el equipo grande, hasta que algún día pueda jugar a diario en una sola posición”.
El estadounidense ha sido básicamente antesalista y camarero, con breves pasantías por el short. No oculta su inexperiencia en el outfield, pero tampoco se arredra. Por el contrario, ríe, ante la mención de Virgil, y asegura estar de acuerdo.
Un pelotero diferente. A Ryal y a su compañero Justin Ruggiano, otro recién llegado al estadio Universitario, les ha tocado la tarea de suplir a dos de los importados de más éxito en la temporada 2009-2010. Uno defiende la izquierda, en vez de Brown, y el otro el centro, en lugar de Jon Jay.
El nativo de Oklahoma ataja las especulaciones al respecto y le pide paciencia a la afición.
“Soy un pelotero diferente a Brown”, señaló. “No digo que sea mejor o peor. Sólo diferente. No batearé .350, como él, pero espero estar en .300, que es el average de mi carrera en las menores. No puedo predecir qué haré, pero sé lo que he hecho antes: he dado dobles, jonrones y empujado carreras. Eso es lo que puedo hacer aquí”.
Los números de Ryal se aproximan a lo que cita. Tiene más que poder ocasional, como muestra ese slugging de .474 en las granjas de Arizona. Posee contacto, aunque no tanto, con .287 de average y sólo una cosecha sobre .300, cuando estuvo en doble A. No es muy rápido —robó 11 en su primera campaña en las menores, pero nunca más subió de 8— y tampoco ha bajado de 16 cuadrangulares por campaña desde 2007.
El asunto está en adaptarse lo más rápido posible al pitcheo de esta liga. Él lo sabe.
“Esto es beisbol”, arguyó. “Espero jugar bien, aunque tengo claro que no veía pitcheos de verdad desde hacía dos meses y medio”.
En su estreno con los Cascabeles, terminó con una línea de .271/.353/.593 entre average, promedio de embasado y slugging. En sus primeros 7 juegos ha conectado para .278 puntos, lo cual no le sorprende.
La verdadera prueba ocurre cada vez que salta de la cueva melenuda y corre al jardín izquierdo, buscando demostrar que la máxima de Oswaldo Virgil está más vigente que nunca.
La cifra:
3
juegos como outfielder disputó en toda su carrera Rusty Ryal, antes de hacerlo en Venezuela. Eso incluye 2 años en la universidad, 5 temporadas en las menores y 30 partidos en las grandes ligas
César Tovar, otro versátil sin par
DE LUIS SALAZAR A CHONE FIGGINS
Luis Salazar es la primera referencia de un súper utility para Venezuela, cuando el término empezaba a acuñarse, a principios de los años 80.
Salazar actuó durante 13 campañas en la gran carpa, hasta 1992, y disputó 863 juegos en tercera, 161 en el left, 121 en el short, 114 en el center, 36 en el right, 25 en primera, 10 como designado, 5 en la intermedia y 2 como lanzador. Sólo le faltó jugar en la receptoría.
César Tovar marcó el camino mucho antes, cuando la terminología no existía. Llegó a jugar todos los días con los Mellizos, sin saber cuál sería su posición cada noche. Incluso sacó un voto para el premio al Jugador Más Valioso en 1967, gracias a sus habilidades, y se convirtió en el segundo pelotero en defender las nueve posiciones en un juego de grandes ligas.
Tony Phillps hizo lo propio durante 18 temporadas arriba, entre 1982 y 1999. Sólo le faltó la receptoría. Por él inventaron el término de súper utility, pues llegó a tener cosechas de 119 anotadas, 132 boletos recibidos, 27 jonrones y .313 de average, aunque su mayor virtud fue poder hacer eso desde cualquier lugar del campo.
Chone Figgins, uno de los últimos en tener ese rol, logró con el tiempo el objetivo que ahora se impone Ryal: pasar de ser un súper utility a convertirse en el dueño indiscutido de una sola posición.
Publicado en El Nacional y actualizado para el blog el 5 de diciembre de 2009.