Franklin Morales no aceptó la decisión de los Rockies de Colorado y le dio a los Leones del Caracas una buena nueva, en tiempos en que las malas noticias se acumulaban para los metropolitanos.
Morales decidió continuar lanzando en la postemporada del beisbol venezolano, a pesar de la orden en contrario recibida de su equipo en el norte. Su actitud le puso fin a una serie de bajas y deserciones que han amenazado con acabar con la opción del club que, gracias a su profundidad, comenzó la temporada como el gran favorito para la corona.
«Le pedí a mi abogado que se comunicara con los Rockies y les dijera que quiero seguir», explicó a ESPNdeportes.com el serpentinero zurdo. «Finalmente los convenció. Me pidieron que continuara en otro rol, como relevista, pero si mi equipo me necesita, voy a abrir un juego en la final».
Morales y su compañero de organización Edgmer Escalona, un prospecto muy bien considerado en Colorado, protagonizaron la agria disputa que durante dos semanas enfrentó a la divisa rocallosa con los Leones.
Los Rockies mandaron a parar a sus dos monticulistas, por considerar que los melenudos estaban utilizando mal a Morales, haciéndole pasar de la rotación al bullpen y viceversa.
La orden motivó una demanda ante la liga en contra del scout que envió el reporte a Colorado, Francisco Cartaya, directivo también de los Tiburones de La Guaira, así como unas protesta formal ante la oficina del comisionado de grandes ligas.
Lo peor parece haber pasado, ahora que el zurdo anunció su permanencia en el país.
«Quiero jugar esa final contra Magallanes», señaló Morales. «Es por lo que hemos trabajado todo este tiempo. Se lo debemos a esos aficionados que están con nosotros en las buenas y en las malas».
Leones y Navegantes son los Eternos Rivales de la pelota venezolana y reúnen, según algunas encuestas, al menos a la mitad de los seguidores del beisbol en esta nación suramericana.
Caracas y Magallanes también son las novenas más afectadas por las limitaciones impuestas desde el norte.
Los metropolitanos perdieron a los grandeligas Galarraga y Jhoulys Chacín, y a los prospectos Héctor Rondón, Armando Zerpa, Mauricio Robles y Ronald Uviedo, todos lanzadores.
Carlos Carrasco ni siquiera recibió permiso para debutar. Tampoco el outfielder Franklin Gutiérrez y los infielders Alex González y Marco Scutaro. Morales y Escalona han estado amenazados desde la llegada del Año Nuevo. Guillermo Moscoso perdió una apertura en la postemporada, para cumplir exigencias de los Rangers de Texas.
La lista de bajas caraquistas es aún más amplia, si se cuenta a los relevistas Edwin Moreno y Miguel Socolovich, quienes se lastimaron en plena ronda eliminatoria y recibieron la recomendación de los Medias Rojas de Boston y los Medias Blancas de Chicago de dejar de lanzar y prepararse para los entrenamientos de primavera.
Los Navegantes no pueden quejarse de menos. En menos de 15 días han dicho adiós al antesalista Pablo Sandoval, al campocorto Elvis Andrus, al receptor Miguel Montero, al centerfielder Ezequiel Carrera, al camarero Andrés Blanco, al as de la rotación Fernando Nieve, al abridor dominicano Radhamés Liz, al relevista Yusmeiro Petit y corren el riesgo de quedarse sin Edward Mujica, uno de sus bomberos más eficaces, todo por disposición de las organizaciones a las que pertenecen en la gran carpa.
Tan desolador panorama llevó a que Dave Hudgens, el manager del Caracas, hiciera una pequeña pausa al escuchar la pregunta acerca de cuál debería ser su prioridad en el draft de sustituciones previo a la final.
«Primero tengo que ver con quiénes cuento», dijo el estratega, finalmente. «Parece que no tendremos problemas con los peloteros de posición. Pero con los lanzadores puede ser diferente».
Los Leones han apelado a su profundidad para sobrevivir a las ausencias, mientras Hudgens se debate entre el deber y el ser.
El estratega tiene un doble rol, ya que es el coordinador de ligas menores de los Indios de Cleveland, aunque no oculta su preferencia por el beisbol invernal.
«No hay un lugar mejor que este para crecer como pelotero», aseguró el técnico. «La presión del público, la experiencia que se consigue aquí, no se comparan con jugar en las ligas menores o asistir a un mini camp».
Morales ya ha lanzado en una Serie Mundial, pero decidió enfrentarse a los Rockies para seguir en acción en el circuito suramericano. La misma determinación mostró Juan Gutiérrez, el cerrador del Caracas y uno de los apagafuegos de los Cascabeles de Arizona, a quien los desérticos autorizaron a lanzar únicamente hasta el 15 de enero.
«Nadie me ha llamado de Arizona», sonrió Gutiérrez, quien salvó la victoria de los felinos el sábado 16. «Y si no me llaman, me haré el ‘loco’ y seguiré pitcheando».
Hudgens suspiró, al oír las palabras de su cerrojo, y exclamó: «Tendremos que esconderle sus teléfonos celulares».
Publicado en ESPNdeportes.com, el domingo 17 de enero de 2010.
