Elvis Andrus no ha desaprovechado el permiso de una semana que los Vigilantes de Texas le otorgaron para volver al béisbol venezolano.
El torpedero se reincorporó a los Navegantes del Magallanes para disputar la final ante los Leones del Caracas y desde entonces ha encontrado la manera de alargar su estadía con los azules, con sucesivas peticiones de gracia a su organización del norte.
Los vigilantes le otorgaron permiso hasta el 27 de enero para cumplir su sueño de protagonizar una serie decisiva entre los Eternos Rivales. Pero cuando creía que debía marcharse a Estados Unidos, convenció a los tejanos de dejarle por lo menos un día más.
«Se dieron cuenta de lo importante que es esto para mí», resumió Andrus el miércoles, feliz porque le dejaron quedarse para el sexto duelo del crucial tope.
El segundo novato más votado de la Liga Americana en 2009 ha sido una de las figuras de mayor vuelo en el tope contra los felinos. El martes descargó tres hits, incluyendo un cuadrangular, y brilló a la defensiva, su verdadera denominación de origen.
«Era bien duro tener que irme, porque quiero seguir», dijo el campocorto caraqueño, quien conectó para .421, con par de vuelacercas y cuatro remolques en los primeros cinco juegos de la final.
El caso de Andrus es toda una rareza en un circuito donde los adioses se han vuelto tristemente frecuentes.
El prospecto Edgmer Escalona se marchó justo antes del primer partido de la serie, dejando a los Leones sin un brazo importante en el bullpen; el relevista Edward Mujica desafió una prohibición de los Padres de San Diego y trabajó dos encuentros para los Navegantes, sólo que debió terminar bajando la cabeza el martes y aceptando la orden del norte; y José Castillo, el principal líder de la cueva caraquista, se despidió con lágrimas en los ojos después del cuarto duelo, el lunes, luego de que los BayStars de Yokohama le conminaran a volar a Japón un día antes de lo esperado.
«Voy a seguir los juegos por internet», declaró con la garganta apretada el ex camarero de los Piratas de Pittsburgh, quien nunca ha podido celebrar una conquista en Venezuela. Con o sin todas sus estrellas a bordo, la final de las pasiones en este país está a punto de terminar, luego de que la tropa náutica se pusiera muy cerca de zarpar a Margarita, sede de la Serie del Caribe.
Sólo una vez en la historia de la liga, fundada en 1946, un equipo ha sido campeón al ganar como visitante los últimos dos choques de una serie en la que perdió el quinto juego, tal como sucedió con los melenudos frente a los turcos.
Fue necesario que transcurrieran 63 años para que la hazaña ocurriera por primera oportunidad. Paradójicamente, la víctima fue el Caracas, que falló en sentenciar a los Tigres de Aragua en el estadio Universitario, viendo desaparecer la posibilidad de celebrar.
El rumbo de los filibusteros ha estado marcado por los lanzamientos del cubano Raúl Valdés, quien pisó suelo venezolano apenas dos días antes de empezar la final entre los Eternos Rivales y se convirtió en figura, tras domesticar a los Leones del Caracas en dos salidas que terminaron en blanqueo.
Las curvas en las esquinas y los constantes cambios de ritmo de Valdés pusieron a los Navegantes a tiro de titularse por undécima vez, al recorrer siete entradas y llegar a 12 episodios sin carreras en contra ante una de las alineaciones más potentes del béisbol invernal este año.
La prensa local ha pasado los días siguientes a la segunda faena del antillano remachando la candidatura del serpentinero para el premio Más Valioso.
«No he pensado en eso, sólo salí a hacer mi trabajo», aseveró Valdés.
La tercera final entre los clubes con más seguidores en Venezuela ha llenado las expectativas creadas antes de su inicio. Ha habido jonrones épicos, algún duelo de lanzadores, un extrainning y una novela por entregas con Pablo Sandoval como protagonista.
Sandoval fue obligado por los Gigantes de San Francisco a dejar la postemporada venezolana y dedicarse a trabajar su forma física en Arizona.
Los diarios han publicado versiones de ida y vuelta respecto a «Kung Fu Panda» desde entonces. La última asegura que estará en Valencia para disputar un eventual séptimo juego, aunque el departamento de prensa de los californianos hizo circular esta semana un boletín informativo diciendo que el slugger magallanero cumplirá con una actividad promocional en el oeste de Estados Unidos la noche del jueves, durante un encuentro de hockey profesional.
En el país anfitrión de la Serie del Caribe nadie habla del clásico de febrero, sino de los Eternos Rivales. Al menos hay una buena noticia: la gran figura de la final, Francisco Rodríguez, aún no descarta estar presente en Margarita.
«Todavía no lo he decidido», dijo K-Rod, cerrador de los turcos y de los Mets de Nueva York. «Primero hay que salir a ganar en Valencia y luego lo decidiré».
Publicado en ESPNdeportes.com, el jueves 28 de enero de 2010.
