El trato que da el beisbol venezolano a la prensa
Lo ocurrido en la Serie del Caribe fue una vergüenza, debido a la presencia de periodistas extranjeros, pero también es un símbolo de muchas cosas que deben cambiar
Enrique Rojas y Ricardo Zúñiga, periodistas de ESPNdeportes y de la agencia The Asocciated Press, expresaron la queja de muchos colegas venidos a la Serie del Caribe desde México, Puerto Rico, Estados Unidos y República Dominicana: “Es una Serie del Caribe sin centro de prensa”.
El tema nos compete a todos, aficionados, jugadores, equipos y periodistas: sólo a través de los medios de comunicación, intermediarios entre la fanaticada y sus figuras, puede el público acceder a aquellos a quienes sigue desde las tribunas.
Desde la mera explicación de porqué se ganó o perdió un juego hasta las preguntas incómodas que un aficionado quisiera formular; los reporteros estamos obligados a llenar ese requerimiento, y los equipos y organizadores deben por ello facilitar nuestra tarea. Porque los medios también promocionan los eventos y contribuyen a su éxito, tanto como dan a conocer a los protagonistas de las competencias.
Esta es una relación compleja, a veces de colaboración y a veces de tensión, que en muchos países es comprendida cabalmente por las partes involucradas. En Venezuela, a menudo no es así.
La molestia de Rojas, Zúñiga y tantos otros enviados a cubrir la Serie del Caribe tiene justificación. Fue hace mucho tiempo la última vez que los medios de comunicación tuvimos problemas para hacer nuestro trabajo en series disputadas fuera del país. Pasó en 1999, en San Juan, y en 2000, en Santo Domingo, y se resolvió.
Así, los inconvenientes siguen siendo recurrentes sólo en Venezuela, una situación que denunciamos con conocimiento de causa, luego de cubrir las últimas 13 ediciones de la competencia.
Los organizadores locales consideran un gasto innecesario contratar personal que complemente la dirección de prensa; repartir material de apoyo durante los juegos; convocar a los managers a todas las ruedas de prensa; convocar a los jugadores del equipo perdedor. Es inconcebible.
En Mexicali, por ejemplo, al menos tres miembros de cada divisa se presentaban diariamente a hablar de los juegos; en Margarita hubo oportunidades en que nadie asistió al plató.
Resulta imposible que tratar a los medios como actores secundarios, a menudo con maltratos y cercos informativos, sea sólo un descuido o un error involuntario.
Mientras no haya prueba en contrario, la reiteración de esta conducta, tanto en la liga como en las series del Caribe, nos dice que a los directivos y organizadores simplemente no les importa. Y eso es lamentable.
Publicado en El Nacional, el lunes 8 de febrero de 2010.