Triste epílogo de una clamorosa temporada. El Caracas no pudo traer a la isla el impulso que hizo vibrar a sus seguidores desde el 9 de octubre
PORLAMAR
Las cifras parecen explicar porqué Venezuela perdió la corona en la Serie del Caribe, conquistada hace un año por Aragua en Mexicali.
Los bates del Caracas conectaron para .211 de average en los primeros cinco encuentros, con un pobrísimo promedio de embasado de .265 puntos.
Los seis extrabases criollos (tres dobletes y tres jonrones) fueron la cifra más baja entre los equipos participantes.
La efectividad colectiva de 3.05, aun siendo brillante, estuvo por detrás de los campeones de Puerto Rico (2.25) y República Dominicana (2.66).
Nadie anotó menos carreras que los Leones venezolanos en esos cinco partidos: 12, a razón de 2,4 rayitas por día.
La defensiva fue un problema, al punto de permitir siete carreras sucias contra apenas tres de los boricuas, una de los aztecas y ninguna de los quisqueyanos, antes de la jornada de ayer.
Y después de la tercera fecha, cuando los melenudos se pusieron en carrera, al derrotar a Mayagüez, el lineup únicamente disparó 2 hits en los 16 turnos en que encontró corredores en posición de anotar, con el pobre balance de sólo 2 empujadas.
Los números claman en voz alta porqué Caracas falló en repetir lo hecho por los Tigres en 2009 o por los propios Leones en 2006, cediendo en el intento de darle al país, por primera vez, dos títulos en años consecutivos en la cita internacional.
“La defensiva mejoró en los últimos encuentros y el pitcheo fue sólido, pero fallamos en dar los hits grandes”, admitió el manager Dave Hudgens, resumiendo en pocas palabras lo que revela el repaso estadístico. “Así es el beisbol”.
Hay otros motivos para explicar el descalabro, más allá de las cifras.
Los capitalinos viajaron a Margarita con una novena dividida a partes iguales entre la divisa que ganó la final y los peloteros que aportó el resto de la liga.
Bates respetables como los de José López, José Castillo, Grégor Blanco y Josh Kroeger se quedaron en casa o tuvieron que ver el torneo por internet, desde Japón.
Posibles refuerzos que habrían dado chispa a la alineación, como Alex Escobar, prefirieron descansar, ante la inminente llegada del spring training.
“Ganar es casi una lotería, porque vinimos con una rotación completamente nueva y con muchos peloteros cuyas características Hudgens conocía muy poco”, razonó Luis Ávila, presidente del Caracas.
La falta de prácticas previas a cada choque, una característica lamentable de este torneo, hizo el resto, al impedir que ese nuevo grupo encontrara su ritmo y su sentido de equipo. Pero el piloto evadió las excusas.
“Por supuesto que estar en el lobby del hotel hasta las 6 de la tarde, que llegar al estadio a las 7, una hora antes del duelo, afecta tu preparación”, apuntó Hudgens, para quien las marfiladas con el guante y la falta de tiempo en el swing posiblemente se debieron a la inactividad. “Pero todos los participantes estuvieron sometidos a las mismas condiciones”.
La zafra de los Leones llegó así a su fin, con una discreción anticlimática que trató de empañar el balance de un campeonato vibrante.
“No pudimos tener una mejor temporada que la que tuvimos”, subrayó Hudgens, con una sonrisa. “Fue un tremendo año, levantamos una final que perdíamos contra Magallanes y el trofeo de campeón aún está en nuestras oficinas”.
La afición sólo lamentará que ese recorrido triunfal no se completara con la conquista de un torneo en el que no hubo claros favoritos.
La frase:
“La Serie del Caribe no cambia el modo de cómo evalúo nuestra temporada. El trofeo de campeón todavía está en nuestras oficinas”
Dave Hudgens
MANAGER DEL CARACAS
El regreso de Hudgens
Luis Ávila reiteró el plan de trabajo que seguirá el Caracas. A finales de febrero, el presidente de los Leones recibirá el informe de cada miembro del cuerpo técnico y de la directiva, hará la evaluación definitiva y viajará a los entrenamientos de primavera. Allí hará el primer contacto con posibles importados para la 2009-2010, como Jon Jay, Josh Kroeger, Josh Thole y Jordan Brown, y se reunirá con el manager Dave Hudgens, quien ha ratificado su disposición a volver. “No creo que el cuerpo técnico sea ciento por ciento el mismo”, advirtió Ávila, sin precisar nombres. Es posible que el único que no regrese sea Rich Sauveur, el coach de lanzadores.
Publicado en El Nacional, el lunes 8 de febrero de 2010.
