Cuatro venezolanos sueñan y esperan. Uno de ellos, Gorkys Hernández, emuló el domingo a Carlos Carrasco, al disputar su tercera edición en el Juego de Estrellas del Futuro
ANAHEIM
Cuando Alex Torres y Henderson Álvarez jugaban pelota menor, en Valencia, soñaban, como todo niños, con llegar algún día a las grandes ligas. Ayer ocuparon un puesto en el clubhouse visitante del Angel Stadium y recibieron el trato reservado a las figuras.
El Juego de Estrellas del Futuro ha visto pasar por su nómina a casi todas las figuras del beisbol local, desde su creación, en 1999. Miguel Cabrera, Francisco Rodríguez, Víctor Martínez y Elvis Andrus brillaron en la antesala del clásico de julio, antes de su graduación.
Los cuatro venezolanos que participaron ayer en la reunión de prospectos confían en que éste será un paso más en el camino que conduce a sus sueños.
Álvarez está seguro de ello. Es abridor en clase A avanzada, en la sucursal de los Rays, pero cree que no le falta mucho para regresar a un parque en las mayores, pero a tiempo completo.
“Espero llegar a las grandes ligas en dos años”, señaló el derecho carabobeño.
Es el mismo plazo que se trazan sus compatriotas.
Torres, Álvarez, Gorkys Hernández y Eduardo Sánchez representaron a Venezuela en el equipo del Resto del Mundo, que ayer disputó contra Estados Unidos la duodécima edición del duelo entre astros futuros.
Fue la tercera oportunidad en que Hernández, ayer el centerfielder abridor, se alistaba en la competencia. Nadie ha estado en la cita con tres organizaciones diferentes, como él.
“Todavía tengo 22 años de edad, porque cumplo en septiembre”, rió el jardinero, que pertenece a los Piratas y antes pasó por los Bravos y los Tigres. “Es muy emocionante estar aquí. Aunque reconozco que la primera vez, en San Francisco (en 2007), fue muy impactante para mí”.
Hernández vive una etapa crucial en su recorrido y espera aprovecharla, sabedor de que ahora pertenece a una organización que echa mano a sus granjas.
“Me cambiaron la forma de pararme en el home”, relató el toletero derecho. “Me dijeron que puedo ser otro Franklin Gutiérrez y me ajustaron el swing, para parecerme a él. Espero que esto me lleve definitivamente a las grandes ligas. Ya logré un puesto en el roster de 40, que era lo que estaba buscando. Ahora me tratan como un grandeliga”.
Pittsburgh también considera que Hernández semeja al “Guti” cuando busca los batazos en las praderas exteriores. Le ayuda la rapidez de sus piernas. Ayer dio un respingo con una dura línea de frente, uno de los batazos más difíciles de leer, pero atrapó sin problemas, a pesar de las risas de su compañero Wilkin Ramírez en el right.
El velocista de los Caribes de Anzoátegui se encuentra en doble A, donde hasta hace poco lanzó Álvarez.
“En triple A no puedes repetir lanzamientos”, advirtió el relevista, que salvó 11 juegos en Springfield, la sucursal doble A de los Cardenales, antes de ser subido al Memphis. “Hay más jugadores con experiencia. Es más difícil pitchear”.
El cerrador del Springfield tardó poco en aprender la lección.
“Me dieron la bienvenida rápidamente”, sonrió. “Me sacaron un jonrón después de cuatro innings perfectos”.
Sánchez, con todo y eso, es quien está más cerca de completar la meta, aunque ni siquiera está en el roster de 40, debido a su juventud: esta es apenas su quinta campaña en el profesional.
El resultado:Estados Unidos derrotó al Resto del Mundo 9 carreras por 1. Todos los venezolanos jugaron: Gorkys Hernández recibió boleto en cuatro apariciones; Alex Torres tiró un inning en blanco; Henderson Álvarez y Eduardo Sánchez permitieron cuatro carreras sucias, tres para Álvarez, a quien se la sacó Hank Conger, el Más Valioso del juego
Un televisor encendido en el vestuario permitió a los novatos observar el gol de Iniesta, que le dio a España el campeonato mundial de fútbol.
“¡Gol del pulpo!”, proclamó Álvarez, entre risas, rodeado de dominicanos.
Cuatro docenas de pelotas, dos camisas oficiales del equipo visitante y un home plate resplandecientemente recibieron las firmas de los convocados. Puede que algún día valgan mucho. Como las que firmó Félix Hernández en 2004. O Pablo Sandoval en 2006.
Torres sabía del valor del encuentro de ayer. Por eso, cuando recibió la noticia de que asistiría, como sustituto de última hora, se dijo: “Me lo merezco. Yo tenía que estar aquí”.
El magallanero es un caso curioso, porque hasta hace un año pertenecía a los Ángeles, el equipo anfitrión.
“Siempre creí que mi debut en las grandes ligas sería en este estadio”, apuntó. “Pero estoy bien en Tampa. Al igual que los Angelinos, es una organización que desarrolla a sus propios peloteros”.
Torres y Álvarez jugaban pelota en Valencia hace un buen tiempo. “Somos casi vecinos”, apuntó Álvarez. “Yo practicaba con su hermano, porque soy mayor que él”, terció Torres.
Quién lo diría. Ayer dieron un primer sorbo para probar qué se siente estar en las grandes ligas.
El dato:Carlos Subero acudió como coach a su segundo juego de estrellas del futuro. “Es un estímulo, te da mucha exposición”, declaró el manager de los Tiburones de la Guaira, piloto, también, en la sucursal doble A de los Dodgers
Publicado en El Nacional, el lunes 12 de julio de 2010.
