La reestructuración de los Tigres de Aragua
El regreso de Buddy Bailey no marca, necesariamente, la vuelta al favoritismo de los Tigres, que parecen vivir, por el contrario, un punto de inflexión
Hernández, única adquisición de los Tigres entre temporadas |
Buena parte de la nómina bengalí se mantiene.
Miguel Cabrera no jugará, pero sin él fueron campeones la última vez. Ya no está Luis Rodríguez, pero en su lugar llegó Luis Hernández, que aporta un guante seguro, versatilidad para defender segunda o short, y un madero que en esta liga da líneas. Tampoco estará Alex Delgado, quien fue dejado en libertad y aportaba liderazgo detrás del plato, aunque su bate fuera ya casi inocuo, por su inactividad la mayor parte del año.
Apartando a estos tres, no hay avisos de ausencias notables, aunque cabe preguntarse si Martín Prado dirá presente, luego de su gran campaña con los Bravos y el desgaste físico de jugar todos los días en las mayores.
Incluso es plausible creer que los Nacionales moderarán la actuación de Wilson Ramos, vista la decisión de alinearle con más frecuencia allá, con la idea de convertirle en el dueño de la receptoría en Washington en algún momento entre 2011 y 2012.
¿Qué queda sin ellos? Una escuadra con mucha experiencia, sin duda. No de balde se gana tanto en tan poco tiempo, contando el torneo local y una Serie del Caribe.
Pero hay señales de que los tiempos pueden estar cambiando. Señales que se han manifestado en los últimos 10 meses.
El cuerpo de lanzadores se está diseñando de forma distinta a como se armó en los anteriores torneos. Las graves lesiones que sufrieron el abridor Horacio Estrada y el cerrador Francisco Buttó en la campaña 2009-2010 no permiten contar con ellos a priori, hasta que la prueba de fuego de saltar a la acción dé una medida exacta de sus condiciones.
La situación de Estrada, las lesiones de Omar Poveda y Oswaldo Sosa, quien quedó fuera de la novena, y la duda con Yoán Pino, dejan a la rotación con demasiados boquetes abiertos. No olviden que Bailey construyó su dinastía sobre los brazos de sus pitchers criollos.
Para colmo, algunos baluartes de la ofensiva quedaron sin trabajo en el beisbol organizado, lo que sería causal de despido, de no tratarse de figuras: Luis Maza, por ejemplo, y Alex Romero, también.
Cierto, Héctor Giménez aún puede acaudillar el lineup, Raúl Chávez aporta mucho detrás del home y Ronny Cedeño puede formar una sólida llave de dobleplays con Hernández. Pero Bailey, en este momento, parece tener entre manos una tarea más acuciante que la conquista del título; debe formar una nueva generación ganadora, como hizo en la 2002-2003, su año de estreno.
La suerte de los Tigres y el eventual regreso del estratega para una décima temporada dependen más que nunca de lo que la sangre nueva, esa que encabeza Yangervis Solarte, pueda hacer en la próxima eliminatoria. Es un momento de inflexión para Aragua.
Publicado en El Nacional, el domingo 12 de septiembre de 2009.