Los Caribes pusieron fin a una espera de 20 años para conquistar ayer la primera corona de la franquicia, en un estadio delirante, que saltó, cantó y gritó toda noche, celebrando la conquista del boleto a la Serie del Caribe
PUERTO LA CRUZ
La noche portocruzana estalló ayer en mil colores, poniendo fin a 20 años de espera. La gente que atestó casi todo espacio posible en el estadio Alfonso “Chico” Carrasquel invadió la grama para celebrar, eufórica, el primer título de los Caribes, cuando Josh Kroeger tomó el elevado de Wilson Ramos que le puso la corona al nuevo campeón.
Una explosión de seis carreras en los primeros dos innings abrió el camino. El bate de Luis Jiménez, electo Jugador Más Valioso de la serie, empujó cuatro con jonrón y sencillo, para llegar a 12 remolques en los siete encuentros. Pero Anzoátegui no habría festejado, no habría ganado a Aragua 8 por 7, si el zurdo Alex Herrera no cambia la historia —y su propia historia— con la mejor actuación para él en una postemporada.
Los aborígenes viajarán mañana a su primera Serie del Caribe. Su directiva comenzará hoy la difícil tarea de estructurar un equipo nuevo. Pero esas miles de personas que aclamaron a sus héroes en la grama artificial del “Chico”, esas miles de gargantas que cantaron “¡Gracias, tribu!”, ya lograron lo que tanto anhelaban: que su equipo de beisbol emulara los éxitos de la franquicia emblema de esta región, los Marinos de Anzoátegui.
“Gracias, Dios mío, por esta victoria, por estos jugadores, por los dirigentes, por la fanaticada”, proclamó el manager Julio Franco, acallando a la multitud a través del sonido interno.
“Esto se lo dedicamos al papá de Alexi Amarista, que está allá en el Cielo, mirándonos”, terció Rafael Gruszka, presidente de la institución.
Herrera fue la figura en una final en la que sólo una vez se anotaron menos de 12 carreras. Había pedido la pelota para abrir y finalmente se la dieron en el tercer tramo, cuando su escuadra se desmoronaba entre boletos y pelotazos y los Tigres parecían anular la diferencia de 6 por 0 con que comenzaron los indígenas.
Varias veces los bengalíes atemorizaron a los presentes con su fama y sus batazos. Incluso con las últimas dos que empujó Jiménez en el cuarto, la diferencia de 8 por 4 pareció poca cuando, en el noveno, Herrera se agotó y encajó tres hits.
Los centrales, siete veces finalistas en los últimos ocho torneos, hicieron recordar el día en que fabricaron ocho rayitas en el último episodio para voltearle la pizarra al Magallanes y proclamarse campeones, en 2007. O la jornada del viernes, cuando le hicieron cinco al cerrador José Cabrera y su bullpen, rehusándose a perder. Pero anoche, como el viernes, también se quedaron cortos por una carrera y esta vez no hubo mañana.
Ramos tuvo la victoria en su bate. Fue al home con el empate en tercera y el triunfo en la inicial, con dos outs y todo el estadio aguantando la respiración. Cabrera no falló esta vez y Ramos murió por el right, desatando un jolgorio que continuó en las calles de Lecherías, Barcelona y Puerto La Cruz.
Herrera, el histórico as de la tribu, segundo de Jiménez en la votación del Más Valioso, le puso la guinda a una postemporada en la que hasta había perdido su puesto en la rotación.
Fue la metáfora perfecta de una franquicia que hace apenas tres años estuvo a sólo días de desaparecer, que durante dos temporadas tuvo la peor asistencia de nuestro beisbol y que hoy celebra mucho más que un título.
Anoche, sobre la grama del Chico y en las calles portocruzanas, ante el feliz aplauso de miles de aficionados, se casó una franquicia toda con el pueblo oriental.
Alex Herrera. ¿Qué habría sido de los Caribes si no detiene la hemorragia de sus compañeros y no lleva el juego en ventaja hasta el noveno?
Gracias a la Chinita por esta actuación y a toda mi familia, porque al fin somos campeones”
El relevo de Alex Herrera en el tercer acto. Eran evidentes los nervios en la tribu, pero apeló a su experiencia para enrumbar a su equipo
Alex Herrera terminó con dos victorias, un salvado, un hold, fue el pitcher que más innings lanzó en la serie y cerró con 0.97 de WHIP y 3.18 de efectividad… José Álvarez tomó el lugar de Herrera como abridor a última hora, por decisión del manager Julio Franco… Luis Jiménez fue alineado como cuarto de la tribu por primera vez desde el juego inicial… Luis Maza se cortó un dedo de la mano izquierda con los ganchos de Oscar Salazar y debió jugar vendado… César Suárez también usó un protector, por el fuerte hematoma que tiene desde el sábado en la pantorrilla izquierda… Yohán Pino recibió permiso de Cleveland para relevar, pero no fue usado por Aragua… 15.000 personas, aproximadamente, compraron entradas en el estadio Chico Carrasquel.
Publicado en El Nacional, el lunes 31 de enero de 2011.
