El “Comedulce” no pensó en records, el domingo, cuando se embasó por séptima ocasión seguida. El aragüeño no sabía que otro criollo lo había hecho antes que él. Bueno, de hecho ni siquiera sabía que él lo había logrado
Bob Abreu recuerda muy bien la idea que cruzó por su cabeza cuando se embasó por séptima ocasión seguida en el juego del domingo: “Debía intentar robarme la base”.
Abreu se convirtió ese día en apenas el segundo venezolano que logra llegar a salvo tantas veces a la primera almohadilla en un mismo encuentro.
César Gutiérrez lo hizo en 1970, con el añadido de que lo consiguió con siete hits. Pero la memoria del “Comedulce”, aunque a menudo cita viejas glorias del beisbol local, no llegaba tan lejos como para abarcar la hazaña que metió al falconiano en el libro de records.
“Soy sincero y admito que no sabía quien era César Gutiérrez”, confesó el nativo de Turmero desde Estados Unidos. “Ni sabía que él poseía ese récord de embasarse siete veces en un partido”.
Abreu dio cinco imparables, no siete. Fue esa la tercera oportunidad en que golpea tantos cohetes en un mismo partido. Pero en otros dos viajes al plato consiguió pasaportes y así emuló una de los logros del fallecido infielder aquel distante 21 de junio, hace casi 41 años.
El bateador designado de los Ángeles ha ido jalonando de registros la última parte de su carrera. Por eso, al preguntarle si esto lo vio como una curiosidad, como un récord más o como la señal de que un torneo grande está por venir, respondió, con humor: “Todas las anteriores”.
“Como todos los años, siempre me siento muy positivo con lo que puedo lograr cada temporada”, razonó. “Y pienso también que este es un nuevo récord en mi carrera, y al igual que todas esas marcas anteriores, la valoro mucho”.
Instalado como tercer bate desde los entrenamientos primaverales, por la lesión de Kendrys Morales, el aragüeño ha respondido con buen promedio, pero también con fuerza. Sacó tres jonrones en el spring training y dio otro más antes de la jornada de anoche.
“Es el típico caso de que los batazos salen”, repostó, despreocupado. “Yo no busco dar cuadrangulares. Busco conectar dobles o batazos en los gaps, entre los jardineros, y por supuesto, dar hits. Gracias a Dios, los jonrones están saliendo”.
Abreu cumplió 37 años de edad en marzo, pero no siente que su cuerpo haya cambiado respecto a 2010, cuando logró su novena cosecha con al menos 20 robos y 20 bambinazos.
“Llevo varios años trabajando mucho antes de los entrenamientos de primavera”, precisó. “Creo que me siento igual que el año pasado, muy bien, física y mentalmente”.
Si los batazos largos siguen saliendo, podrá aspirar a otro 20/20, para igualar a los únicos que han conseguido ese logro en 10 campeonatos distintos: Bobby Bonds y Barry Bonds.
Para eso también le ayudará mantener la mentalidad del domingo, esa que afloró cuando llegó a salvo a primera base por última ocasión.
“Nunca pensé que me estaba embasando por séptima vez y mucho menos que era un récord”, confesó. “Considerando que el juego se encontraba igualado y en extrainning, lo primero que me vino a la mente era que debía intentar robarme la segunda base”.
Bob Abreu amaneció ayer como líder de la Liga Americana en hits, apariciones en el plato y boletos recibidos, más una línea de .412/.524/.588
Publicado en El Nacional, el miércoles 5 de abril de 2011.
