El manager de los Medias Blancas mueve el lineup y evalúa posibles cerradores. Las siete derrotas en fila que sufrió su equipo pusieron al venezolano en el banquillo
Oswaldo Guillén tiene una respuesta preparada para cada mala racha de su equipo. Es una frase que ha citado desde que tomó las riendas de los Medias Blancas, en 2004, y que incluso citó cuando llegó al punto más alto de su carrera, en la Serie Mundial de 2005.
“Tan pronto como firmas tu contrato, estás en la silla caliente”, exclamó Guillén esta semana, durante la cadena de siete derrotas que sufrió Chicago hasta el miércoles.
La oración es una variante de la idea que reitera el mirandino en las buenas y en las malas, como una suerte de cura en salud: todo manager inicia la cuenta atrás hacia su despido el día que acepta dirigir una nueva divisa.
“Si me botan, es porque lo merezco”, aseguró el ex campocorto, de acuerdo con MLB.com. “No creo que Jerry (Reinsdorf, el propietario del equipo) y Kenny (Williams, el gerente general) vayan a botarme para decir después: ‘Es que no nos gustaba Ozzie’, o ‘Este es el plan que tenemos ahora’. Si me despiden, es porque los peloteros hacen que me despidan. Estamos todos en el mismo bote”.
No ha sido un inicio fácil para los patiblancos, a pesar de una buena primera semana. Perdieron al menos cuatro juegos en el último inning, porque el relevo de cierre fracasó, y algunos toleteros han sufrido sequías clave, especialmente el camarero y segundo bate Gordon Beckham.
Guillén ha empezado a tomar medidas. Le anunció la primera al Chicago Tribune, al decir que usará a Sergio Santos en situaciones de salvado, al menos durante la serie contra los Tigres, que termina mañana. Santos no ha permitido carreras en lo que va de campaña y emerge como alternativa a Matt Thorton y Chris Sale.
Otro movimiento ante la crisis fue enviar a Beckham, este viernes, del segundo al octavo turno en la alineación. El segundo bate fue Omar Vizquel, quien alineó en lugar del paracorto Alexei Ramírez.
“No me importa si me botan”, atizó Guillén. “Es la última cosa de la que me preocupo. Tengo dinero. Tengo un montón de trabajo. Si no estoy dirigiendo a los Medias Blancas, voy a estar dirigiendo en cualquier lado. Quizás en México. Quizás en Japón. Sé que voy a dirigir en Venezuela. Sé que puedo hacer cosas grandiosas en la pelota. Podría trabajar en la cadena FOX, ellos me quieren”.
El estratega ha sido analista de FOX en las últimas ediciones de la Serie Mundial.
“La gente que se preocupa por quedar desempleada es porque necesitan el dinero o necesitan el trabajo”, prosiguió el técnico. “Si me botan, me sentaré a disfrutar el año que viene los dos millones de dólares y pico que me deberán”.
Guillén apeló a su familia para señalar la razón última de su tranquilidad.
“Cada día, cuando me veo en el espejo, pienso que hice lo correcto por el equipo”, comentó. “Pero si ven mi cuenta en Twitter, es divertido: todo el mundo es un manager, todo el mundo me odia. Así funciona esto, es parte del juego. Disfruto estar en la candela. Lo importante es que tengo tres hijos sanos y mi familia está bien”.
Publicado en El Nacional, el sábado 23 de abril de 2011.