El emergente

¿A dónde van las Águilas del Zulia?

Los rapaces han sido uno de los equipos más activos en el mercado de cambios durante el receso entre temporadas, aunque no han logrado todavía todo lo que buscan. ¿Van por buen camino en su proceso de restructuración?

José Pirela

¿Con qué rumbo vuelan las Águilas?

En otras columnas hemos repasado los pasos de los Bravos y los Leones, y toca hacer lo mismo con el equipo que, junto con aquellos, ha estado más activo en el mercado durante el receso entre temporadas.

Zulia se trazó dos objetivos: ya en enero sus voceros dejaron ver que querían fortalecer la línea central, adquiriendo un receptor y un campocorto con suficiente experiencia como para acaudillar al equipo entre las dos rayas.

A algunos sonó paradójico: ¿por qué un catcher, si ya tenían a Guillermo Quiroz, grandeliga de siete temporadas? La paradoja aumentó, cuando Quiroz fue enviado a los Cardenales a cambio del outfielder de ligas menores Freddy Parejo, recientemente dejado libre por Houston. ¿No es una contradicción?

En realidad, no. El anuncio de enero y la transacción de marzo hicieron evidente la opinión de la gerencia sobre el veterano marabino, que en su momento llegó a ser el principal prospecto de la receptoría en Venezuela.

Los rapaces no han buscado un short o un careta que bateen. La prioridad es defensa y liderazgo, proveniente a su vez de la experiencia. ¿Por qué?

Más allá de las críticas de algunos aficionados, comprensiblemente impacientes por una década de espera, el cuadro occidental posee un roster preñado de talento. Talento de verdad. Prospectos aquí y en el norte. Jugadores como José Pirela, Harold García, Henry Rodríguez o Ender Inciarte.

Hace 30 años, esta camada estaría por garantizarles un título, porque Carlos González y Gerardo Parra se reportarían a mediados de temporada y actuarían hasta el final (eran otros tiempos, claro, cuando jugadores como Antonio Armas y David Concepción eran figuras tanto en las mayores como en Venezuela).

Así que las Águilas se enfrentan hoy a la encrucijada de contar con notables promesas que, por estar en formación, cometen errores físicos o mentales. Como dijo un ejecutivo: “Queremos un campocorto que sepa qué debe hacer cuando tome la pelota”. De esos hay muy pocos y aún no lo consiguen.

Esperen más negociaciones, porque están dispuestos a jugar duro; después de todo, ofrecieron nada menos que a García, un infielder con buen bate, prospecto número 62 del país en el ranking de Scouting Report.

García está lesionado, lo que enfrió las negociaciones, pero en septiembre, si sana, habrá tiempo para preguntarle a los Tiburones por Luis Rodríguez o a los Bravos por Alberto González.

El primer objetivo de los aguiluchos era Humberto Quintero, pero Magallanes pidió mucho. Al final, le dejaron la pelota en la mano a los turcos, cuando adquirieron a Carlos Maldonado del Caracas, entregando al utility Wladimir Sutil, una pieza que no estaba en los planes centrales de los zulianos.

Con Maldonado no sólo obtuvieron al mascota de buena defensa que ansiaban, sino también un bate con fuerza, un extra que no estaban buscando.

De cualquier modo, el objetivo sigue siendo fortalecer la defensa. Zulia tomó una decisión inteligente hace un par de años, cuando desistió de los grandes toleteros y apostó por las características del estadio Luis Aparicio, paraíso de lanzadores. Un equipo rápido, con buenos guantes, sacará mayor provecho de esos buenos monticulistas.

Lo visto en la 2010-2011 fue sólo una muestra; por primera vez desde comienzos de los años 90 hay un objetivo claro y una generación que parece capaz de calzar, más pronto que tarde, la responsabilidad de tallar una dinastía.

Eso no ocurre desde los tiempos de Carlos Quintana, Cristóbal Colón, Wilson Álvarez y Pedro Castellano. Pero puede suceder pronto. Van por el camino correcto.

Publicado en El Nacional, el lunes 9 de mayo de 2011.