El emergente

¿Qué hacer con Richard Higaldo y Edgardo Alfonzo?

Señales desde la nave sugieren el.pronto fin de la carrera de las dos leyendas magallaneras.Es claro que la generación emergente necesita tomar su lugar, pero ¿cuál es el mejor modo de cerrar este histórico capítulo?Estos son los comandos para el sumario

Richard Hidalgo

Carlos Valmore Rodríguez, atento a la actualidad del Magallanes, dio a conocer esta semana algunas decisiones que aparentemente ha tomado el alto mando de la divisa, respecto al estatus de Richard Hidalgo y Edgardo Alfonzo.

Por lo visto, y esto es consistente con lo que ha sucedido en los últimos meses, los turcos no contratarán a Alfonzo sino como coach, en caso de que quiera ser técnico, y le harán una oferta a Hidalgo, con la condición de que sea su última temporada y pase luego a retiro.

La noticia nos dejó una doble inquietud: ¿por qué suele ser tan complicada la despedida de jugadores históricos? ¿Y a qué se enfrentan los turcos, si rompen con ambas leyendas?

Días atrás, nuestro compañero Alexander Mendoza nos decía que el manager Carlos García aún no había conversado con ninguno de los veteranos, pero que esperaba poder evitar lo que le pasó a él mismo: que siendo un emblema de los azules, su retiro ocurriera con otro uniforme y sin aplausos.

El tema es álgido. ¿Qué hubiera pasado si los Navegantes se hubieran empeñado en mantener en acción a la generación anterior a Hidalgo, Alfonzo y compañía? ¿Habrían llegado las coronas de los campeonatos 93-94, 95-96 y 96-97, la final en la 99-2000 y el título en la 2001-2002? Difícilmente.

Una generación de relevo necesita talento, pero también la oportunidad.

Los cabrialenses, lo hemos dicho antes, necesitan abrir paso, mejor antes que después, a la generación emergente que encabezan Ezequiel Carrera, Johermyn Chávez, Reegie Corona, Argenis Díaz y ese grupo de prospectos que viene ascendiendo en las menores.

Parte de ese talento ha terminado en otras organizaciones, porque no recibió la oportunidad. Es tanto lo que posee el Magallanes, sin embargo, que sobra en la nómina con quienes estructurar ese equipo ganador, capaz de dejar huella a largo plazo.

Desde un punto de vista meramente empresarial, peloteros como Hidalgo y Alfonzo tienen que hacerse a un lado. Aún pueden dar algunos hits, pero ya no juegan en el exterior ni harán la diferencia para ganar un campeonato. Se corre el riesgo que le quiten el puesto a un joven en pleno surgimiento.

Toda historia tiene su final y esto, en el deporte, ocurre cruelmente temprano, por la rápida caducidad de los atletas. Pero el modo cómo se maneja ese momento es algo que puede tener consecuencias.

Magallanes dejó fuera del roster de 60 a Alfonzo, en octubre, por lo que cualquier equipo pudo haberlo tomado a cambio de nada en el draft de la cláusula 8.06. En diciembre, un Hidalgo molesto con el trato dispensado por el alto mando tomó sus pertenencias y abandonó el equipo.

Hubo comentarios en el clubhouse, molestia con lo sucedido. ¿Influyó en la eliminación de la novena? Imposible medirlo, pero es plausible que haya sido una de las piezas del rompecabezas que signó la eliminación.

Todo esto nos lleva al origen de esta columna: ¿por qué resulta tan difícil el adiós? Hay antecedentes positivos: Luis Sojo con los Cardenales, Víctor Davalillo y Urbano Lugo con los Leones.

Claro, esto es algo que depende también de los propios peloteros, que podrían no aceptar lo inevitable, pero le haría mucho bien a los turcos contratar por última vez a ambas leyendas, organizar esta temporada como una gira de despedida para ellos y homenajearles por todo lo que dieron a la franquicia.

Ambos, de ocurrir así, deberán admitir que el tiempo no pasa en vano, pero recibirán el aplauso del equipo y la afición, retribución a su aporte por los buenos tiempos.

Es el final que merecen Alfonzo (el capitán Alfonzo, nada menos) e Hidalgo, y tal vez el único modo de terminar esta historia sin dejar heridas abiertas.

Publicado en El Nacional, el domingo 29 de mayo de 2011.