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La Ley del Deporte y el beisbol profesional (y II)

En este quinto análisis sobre la nueva Ley del Deporte van algunas propuestas que pueden hermanar al Estado y al beisbol profesional, para beneficio del espectáculo, de los deportistas y de toda la sociedad

¿Qué debe hacer el Estado con el beisbol profesional?

La pregunta ya no es retórica. La discusión de la Ley del Deporte, los llamados de la LVBP y la reunión de sus directivos con diputados en la Asamblea le dieron vigencia y hasta urgencia al tema.

En una anterior columna evaluamos algunas declaraciones de altos jerarcas y hoy queremos ampliar la idea que desarrollamos al final de esa columna. ¿Qué relación debe haber entre el Estado y la pelota rentada?

Lo primero es olvidar los prejuicios contra el profesionalismo. Y no es una posición ideológica: a comienzos de los años 80 fue borrado de la carta olímpica el término “profesional” y todas las federaciones internacionales han integrado ese sector con lo que en el pasado se llamó “amateurismo”.

Los profesionales nutren las selecciones de fútbol, beisbol, baloncesto, hockey, voleibol y tantas otras disciplinas. Y también son profesionales esa legión de atletas que reciben becas o estipendios para poder entrenarse sin las distracciones del 15 y último, lo que abarca a toda la alta competencia y en muchos casos el sector juvenil. La LVBP y los demás componentes de la pelota rentada (scouts, academias, buscones y otras ligas) son simplemente la punta de la pirámide.

Al Estado le interesa que esa pirámide crezca, por dos razones: la menos importante, porque tendrá reflejo en las competiciones internacionales; y la más valiosa, porque la base pirámide será cada vez más ancha mientras más alto sea su extremo superior.

En la base están los circuitos menores, como los Criollitos de Venezuela, así como las ligas adultas de beisbol y softbol, de carácter recreativo.

En la base también están todos los muchachos que juegan pelotica de goma o caimaneras. Y mientras más niños, adolescentes y adultos se involucren, seremos un país con mejor salud y menos delito.

Por eso al Estado le interesa que existan figuras a seguir, como alguna vez Luis Aparicio o David Concepción, y hoy Carlos González o Félix Hernández. Por eso le conviene que la LVBP sea cada vez más sólida y entretenida. Y le conviene también porque el sistema es un generador de empleos, porque un muchacho que firma a los 16 o 17 años de edad se concentra en jugar pelota, gana su propio sueldo y se aleja, por lo general, del ocio y el vicio.

Es deseable que el Estado supervise el sistema, porque hay menores de edad involucrados. Por eso apoyábamos ayer la idea de llevar un registro de scouts, academias, agentes y buscones.

El objetivo debe ser evitar abusos, que los hubo en el pasado, pero también estimular su labor. Las firmas de este 2 de julio demuestran que son aliados para los jóvenes peloteros, dándoles la posibilidad de prepararse y conseguir mayores bonos del beisbol organizado.

La situación social, política y económica del país ha hecho que dos terceras partes de las academias de grandes ligas se marchen y la Venezuelan Summer League agoniza. Si volviéramos a tener más de 20 academias, centenares de jóvenes aspirantes recibirían una oportunidad que ahora no tienen, sin hablar de los empleos que eso crearía.

Y aquí tiene el Estado otro modo de colaborar: la Liga Bolivariana ha intentado, sin éxito, revivir la antigua Liga de Verano. Si todo ese esfuerzo, dinero y energías se integraran, por ejemplo, a quienes propugnan iniciativas privadas como la Licibeis, se consolidaría un circuito realmente profesional, fuente de trabajo para centenares de jugadores y una posibilidad de dar fogueo a nuestras selecciones nacionales de un modo permanente.

Son muchas las formas en que el Estado puede beneficiarse de un robusto beisbol profesional. Es cuestión de comenzar.

(¿Quieres saber más de la nueva Ley del Deporte? Escribí estas notas después de leer el proyecto que se discute en la Asamblea.)

Publicado en El Nacional, el lunes 5 de julio de 2011.

Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor. Escribo sobre beisbol desde 1985. Dirijo ElEmergente.com. Soy comentarista en el circuito radial del Cardenales de Lara y en Televen, tanto en las transmisiones de la LVBP como en la MLB. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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