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Lo que queda en la Ley del Deporte

Aún hay puntos álgidos por discutir en la nueva Ley del Deporte. Hasta ahora, ha privado el diálogo y el consenso. Esperemos que priven también con lo que resta, incluyendo el patrocinio deportivo y la conformación de las selecciones nacionales, que afectan directamente al beisbol

La discusión sobre la nueva Ley del Deporte ha discurrido auspiciosamente en la Asamblea Nacional.

Las divergencias se han ido cerrando, gracias al consenso que ha mediado entre los diputados y las partes involucradas. Es, sin duda, una buena noticia, al ocurrir en un país donde los consensos han faltado.

Quedan, sin embargo, tres aspectos difíciles por resolver: el asunto del patrocinio, el voto de los atletas para elegir a sus dirigentes y el deber de acudir al llamado de selecciones nacionales. Cada caso puede incidir en el beisbol venezolano, pero especialmente el primero y el tercero.

Las ligas profesionales se han unido para presentar un frente común en el tema del patrocinio.

Es lógico. Ni los derechos de transmisión por TV ni lo que entra por taquilla alcanza para sostener un espectáculo como el de la LVBP, la LPB o la liga de fútbol local. Si una disposición legal cierra o modera el chorro de los recursos, el nivel de esos circuitos y hasta su misma existencia estarán en riesgo.

La propuesta original respecto al fondo nacional del deporte ha evolucionado, hasta plantear la exigencia de pechar con el uno por ciento de las ganancias netas a las grandes empresas locales. La cantidad de dinero que puede recabarse por esa vía es inconmensurable. El argumento a favor de la idea es que los patrocinantes siempre decidirán invertir en las grandes disciplinas, por lo que se deben buscar fondos para las demás especialidades.

Quizás sea así. El problema está en que las disciplinas más seguidas (beisbol, baloncesto y fútbol) son también las más practicadas. Que recaben la mayor cantidad de apoyo a través del patrocinio no es sino una consecuencia de la preferencia popular por cada una de ellas.

¿Que apoyar el sector profesional no es igual que apoyar las categorías menores? Es verdad. Pero en alguna de las cinco columnas que hemos escrito sobre el tema explicamos la importancia de la punta de la pirámide para inspirar, motivar y fomentar la práctica del deporte.

Basta citar lo ocurrido con la pelota a partir de los Héroes del 41, con el básquet después del Suramericano de Valencia o el suceso de Portland, y con la actual Copa América y nuestra Vinotinto. Todo beneficio del campo profesional repercute en la base y esto debe ser entendido por todos.

Es verdad, los grandes patrocinios preferirán los grandes escenarios, pero se corre el riesgo de que, al verse obligados a hacer un aporte tan importante al fondo nacional del deporte, se abstengan de apoyar otros proyectos, por haber hecho ya el desembolso del que eran capaces de hacer.

Para corregir las posibles injusticias con las especialidades «chicas» está el Estado. Para apoyar la esgrima, la natación, el tenis de mesa, la pista y campo o cualquier disciplina menos favorecida está el IND.

Si persiste la creación del fondo nacional para el deporte, es menester que se permita a las grandes empresas deducir de su aporte obligatorio aquello que han entregado a ligas, clubes o atletas. Lo contrario es arriesgarnos a ver caer el nivel del espectáculo o a que la población pierda su modo favorito de entretenimiento.

El otro punto es la obligatoriedad de responder al llamado de las selecciones nacionales, algo similar al deseo que tienen algunos de limitar la firma de adolescentes para el beisbol profesional.

Las grandes ligas ya hicieron llegar un comunicado a la Asamblea, manifestando su preocupación con la norma, que violaría los contratos existentes entre los equipos y los jugadores. ¿Cómo obligar a Félix Hernández a dejar a los Marineros en plena temporada para asistir, por ejemplo, a unos Juegos CAC o un Campeonato Panamericano?

Al menos en el caso de la pelota, esta disposición nace de un supuesto errado: que los malos resultados en competencias internacionales se deben a que la gran carpa le ha robado todo el talento a las selecciones nacionales. Y es falso.

La federación, que al parecer apoya esta propuesta, ha sido incapaz de gerenciar el talento del país y de allí los malos desempeños más allá de las fronteras.

Japón, Estados Unidos y Corea del Sur son potencias en los torneos federados, sin tener a sus bigleaguers en sus selecciones. Han sabido incorporar a los ligamenoristas, llegando a acuerdos con sus organizaciones en el norte, y sobre todo han trabajado por hallar soluciones, en vez de proponer normas que que falsamente prometen selecciones competitivas, sin necesidad de trabajar para lograrlas.

Ampliación de la columna publicada el domingo 24 de julio de 2011 en El Nacional.

Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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