Gregorio Petit regresó ayer al beisbol profesional en una noche inolvidable, en la que ayudó con su guante a que los Leones vencieran a los Bravos 6 por 0, en la inauguración del campeonato en el estadio Universitario
La del miércoles fue una tarde perfecta para los Leones, pero muy especialmente para el único de ellos que falló en todos los turnos y se fue a casa sin hits.
“Estuve esperando este día desde el 14 de diciembre”, confesó Gregorio Petit, el torpedero que finamente reapareció en el beisbol, poniendo fin a una incertidumbre de 10 meses que incluyó cirugía y una larga rehabilitación. “Este partido me hará olvidar hasta la emoción que sentí la primera vez que jugué con el Caracas”.
Petit fue el pelotero más aplaudido en la jornada inaugural de la campaña 2011-2012 en el estadio Universitario. La gente coreó su nombre y celebró su regreso, en medio de la victoria de los Leones sobre los Bravos, 6 carreras por 0.
“Tuve que irme al clubhouse, conmovido por la actitud del público”, admitió el capitalino. “Es inexplicable lo que sentí”.
El manager Tim Teufel y el abridor Chad Reineke sí explicaron lo que para ellos significó la presencia de Petit en las paradas cortas.
“Su jugada en el cuarto inning cambió el partido”, aseguró el estratega.
Los melenudos contaron con una sólida apertura de Reineke y atacaron temprano a Yusmeiro Petit, fabricando cuatro rayitas en el cierre del primer inning, coronando la entrada con un sacrifly de Raúl Padrón, un tubey empujador de dos de Daniel Mayora y un sencillo de Ronald Bermúdez que puso el 4-0.
Con ese resultado parcial y del modo en que lanzó el staff felino, no hacía falta más para ganar el juego. Más que la defensiva de Petit.
“Esa jugada que hizo (lanzándose de cabeza hacia su mano izquierda, para decapitar un imparable de Frank Díaz y convertirlo en un dobleplay ferial) preservó el encuentro”, subrayó Reineke. “Hubieran quedado hombres en primera y segunda sin outs. Todo cambió”.
Fue el episodio más complicado para el monticulista, que después de la acrobacia de su compañero toleró dos imparables más y permitió que por primera vez alguien le pisara la tercera almohadilla.
“Hice muy buenos pitcheos en esa entrada y me batearon fuerte”, sonrió Reineke. “Así es el beisbol”.
La acción de Petit, como mínimo, preservó el blanqueo, al impedir que el slugger Max Ramírez eventualmente fuera a batear con el duelo 4-2, corredores en las esquinas y ningún out.
Para el shortstop, en su fuero interno, tuvo todavía más importancia.
“Ni lo pensé, simplemente me tiré”, relató el infielder. “Fue la primera vez (en casi seis meses de rehabilitación) que me exigí así. Me ayudó la adrenalina. Fue mejor de lo que esperaba”.
El hombre que días atrás sentía miedo de esforzarse como antes escuchó la salva de la fanaticada. Reineke trató de agradecerle. “Pero con tanto ruido, no pude decirle algo en ese momento”, rió el lanzador.
El bullpen se encargó de lo demás, y cuando los Bravos volvieron a pisar la tercera base, en el séptimo acto, ya era casi inútil la intentona, porque un doble de Jesús Sucre y un error del campocorto José Torres ante batazo de Jarrod Dyson habían abultado a 6-0 el marcador.
Petit, sentado delante de los micrófonos, con su hija Greiska Valentina en las rodillas y una felicidad inocultable, se detuvo a contar en su mente cuántos parientes fueron a verle este miércoles.
“Vinieron, a ver, 28”, concluyó, antes de reparar en Greiska y en Benjamín, su pequeño de tres meses de edad. “Bueno, vinieron 30, si incluimos a mis hijos”.
“Fue un gran juego”, se felicitó Teufel. “Todo salió bien. Reineke hizo 75 picheos. La multitud fue estupenda. La parte baja del lineup estuvo excelente. (Jesús) Sucre hizo un gran trabajo detrás del plato. El relevo cumplió. Fue perfecto”.
Y nadie estuvo más de acuerdo con que fue perfecto que el propio Petit.
“El manager, los trainers, mis compañeros me preguntaban a cada rato cómo me sentía. Yo me sentía bien. Ya (este jueves) sabré cómo amanece mi rodilla”
Jarrod Dyson fue a batear cinco veces, se embasó en tres y nunca sacó la pelota del cuadro… Daniel Mayora no ligó hits y sólo impulsó una carrera en la 2010-2011, pero dio un doble en su primer turno esta temporada y ya empujó el doble de rayitas… Shawn Teufel, abridor para el domingo, enfrentó a dos bateadores por el Caracas… Oscar Hernández, triplecoronado al bate en la Venezuelan Summer League, hizo el pitcheo ceremonial… Jackson Melián fue ovacionado al salir como emergente por Margarita en el séptimo… 16.812 personas pagaron entradas en el Universitario.
Publicado en El Nacional, el jueves 13 de octubre de 2011.
