Tigres y Magallanes emergen como rivales de los escualos para quitarles la corona que tanto anhelan. Pero todos tienen motivos para creer al inicio de los playoffs, incluso Caribes y Águilas, que inician abajo en las apuestas
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| La primera escogencia del draft, Luis Jiménez |
Un grueso grupo de periodistas ubicó a los Tiburones fuera de los playoffs, al comenzar la temporada.
La razón por la que La Guaira recibió tan trato estaba en su pitcheo: era difícil que con una rotación donde aparecía el semi retirado Heath Totten y donde el lastimado Alberto Bastardo era la única respuesta criolla, los escualos pudieran sobreponerse a las desventajas y meterse en enero.
Pues bien, estamos en enero y los litoralenses comienzan la semifinal como el gran equipo a vencer y uno de los favoritos para meterse en la serie decisiva.
¿Cuán equivocados estuvieron los analistas? No tanto, si se evalúa el discurrir del campeonato.
Los Tiburones comenzaron con vigor, pelearon la punta a los Navegantes y, cuando su staff hizo agua, derraparon hacia la mitad de la tabla al cumplirse el primer mes de acción.
Ciertamente hubo una diferencia entre el pitcheo de octubre y el de la segunda mitad: la tropa de Marco Davalillo tenía 5.16 de efectividad colectiva después de seis semanas, pero recompuso las cargas. En el último mes, únicamente las Águilas y los Cardenales permitieron menos carreras limpias que ellos, que en ese lapso lanzaron para 3.68.
El dato es doblemente útil: echa por tierra la idea de que los salados son pura ofensiva y explica por qué terminaron cómodos en la primera posición, al sumar bateo y pitcheo.
El dato tiene una tercera utilidad: permite señalar a los litoralenses como uno de los candidatos a estar en la final, donde no juegan desde 1987.
Quedan flancos por dónde atacar a los de Davalillo. La rotación es buena, pero Les Walrond y Armando Galarraga han tenido altos y bajos. Y el bullpen, aunque suma a un notable situacional en José Jiménez, acaba de perder a Jon Link y Justin Friend, sin sustitutos.
¿Cuatro por un cupo? Si aquello fuera cierto, quedará un cupo para cuatro aspirantes, con los Tigres y los Navegantes en efervescencia.
Aragua vuelve a tener un cuarteto de abridores estable, capaz de darle cinco innings al manager Buddy Bailey. Si eso ocurre consistentemente, los rivales caerán en el juego favorito de Bailey, que es usar a sus relevistas. Y este parece el mejor cuerpo de bomberos que hayan tenido los felinos durante su dinastía.
El problema con los rayados es el slump de figuras como Wilson Ramos, Ronny Cedeño y Alex Romero, aunque Romero despertó y no han renunciado a traer de regreso al peligroso Lastings Milledge.
Magallanes perdió mucha ofensiva en José Altuve, Ezequiel Carrera, Darwin Pérez y Bryan LaHair. A cambio, sumó a Endy Chávez, Alberto Callaspo, tiene a Argenis Díaz, a Andrés Eloy Blanco y tramitan la incorporación de Elvis Andrus. Siguen siendo fuertes.
Esa profundidad realza la opción de los bucaneros, que por ello salieron a reforzar sus lados débiles: rotación y bullpen. Está por verse si lo consiguieron, pero lucen entre los grandes.
Los Caribes y las Águilas tenían mucho que hacer en el draft, lo que complica su posición.
La tribu apostó por nombres, antes que por estadísticas, y cuenta con que René Reyes y José Castillo puedan, junto al encendido José López, mejorar una ofensiva que terminó en el antepenúltimo puesto en average y promedio de embasado colectivos.
Zulia era una promesa feliz, con un club joven, ganando al ritmo de un manager debutante, Lipso Nava.
La tragedia para los occidentales fue perder a su cerrador, a sus tres jardineros titulares (incluyendo a Gerardo Parra) y a su shortstop titular. Nadie tendrá más razones para celebrar si alcanzan la final.
Zulia es el único equipo presente en las últimas cuatro playoffs. Aragua ha ido a la final las últimas ocho veces que ha jugado la semi. La Guaira jugó sus últimas finales contra Caracas en 1986 y 1987
El equipo con la mejor ofensiva colectiva del campeonato añadió ahora a Luis Jiménez, el Productor del Año. ¿Es eso malo? El larense llega con su bate zurdo a acomodarse en el medio de un lineup temible, que además está a punto de recuperar a Luis Rodríguez. La adición de Armando Galarraga y Brian Sweeney redondea el supuesto lado flaco de los salados, la rotación, aunque Galarraga terminó la eliminatoria con 6.65 de efectividad y menos de cinco innings por salida. José Jiménez, el menos célebre de sus cuatro sustitutos, dejó 1.86 en 31 relevos con los Cardenales como zurdo situacional y reforzará el bullpen.
Los bengalíes tenían dos claras y graves necesidades: volver a dar estabilidad a la rotación y hallar remedio a la salida de Lastings Milledge, que sorprendentemente devastó la ofensiva. La llegada de Johan Limonta, que terminó encendido con Lara, busca compensar eso último, mientras que Yusmeiro Petit y Justin Lehr lucen como adecuadas incorporaciones para iniciar juegos, sobre todo al tener que escoger de últimos. Rómulo Sánchez, que viene de poner 1.80 de efectividad, será un brazo más en el mejor bullpen del campeonato.
La nave subió a bordo a un Matt Klinker con más de 4.00 de efectividad cuando le lanza a otro equipo que no sea el Magallanes. Que eso sea bueno o malo, que mantenga la tendencia o la revierta, está por verse cuando tome su turno en la rotación azul. Órber Moreno y Luis Ramírez serán bienvenidos en el bullpen que desperdició más ventajas en la ronda regular, un total de 16. ¿Qué harán con el cupo disponible? A veces es buena política tenerlo vacante, para emergencias, sobre todo con la profundidad de su reserva.
La tribu necesitaba mejorar su ofensiva y su relevo, confiando en su buena rotación. José López, en ese sentido, es una perfecta adición, pues bateó con contacto y poder en la eliminatoria, a pesar de ser un toletero de rachas. López tiene un añadido interesante: es de Puerto La Cruz y estará feliz de jugar en casa. Las otras tres sustituciones no vienen de sus mejores zafras: José Castillo (.237/.297:319), René Reyes (.262/.346/.374) y Juan Rincón (6.63 de efectividad) deben regresar a lo que fueron, para ser decisivos.
Los rapaces fueron fieles a sus ideas: defensa, velocidad y pitcheo. Que sumaran a Alcides Escobar ayuda esos tres aspectos, porque su alcance en el shortstop hará lucir mejor a los lanzadores y aportará un bate con .313 de average y capacidad para embasarse. El cierre sigue siendo un problema, al fallarles Eric Berger; Miguel Socolovich tiene curtiembre, pero fue usado mucho por los Leones y el cansancio explica ese 4.71 de efectividad. Adalberto Méndez completa la rotación y Hernán Iribarren puede jugar donde sea.
Publicado en El Nacional, el lunes 2 de enero de 2011.
No veo aquí en esta web tu columna del día lunes, sin embargo quiero felicitarte por tus comentarios sobre el caso de Yorvit Torrealba. Es bueno que alguien ponga un poco en su sitio a un dirigente con opiniones públicas tan desacertadas como las que ha tenido esta temporada el señor Ávila. Un pésimo ejemplo de mal perdedor.