El piloto pondera mejor esta zafra que aquella en la que fue premiado, dirigiendo a los Caribes. El estratega insiste que no piensa en galardones, pero está muy cerca de recibir una segunda distinción como Manager del Año
Héctor Cordido, de Numeritos Gerencia Deportiva, pasó al frente del dugout de los Tiburones y saludó a los periodistas. Invariablemente, les recordó que quedan horas para entregar las planillas con la selección de los premios anuales.
Uno de los favoritos a disputar esos galardones, Marco Davalillo, dirigía la práctica de los escualos mientras Cordido pasaba revista. El estratega es candidato a ser designado Manager del Año, un trofeo que ya recibió en una oportunidad.
Pero Davalillo no quiere hablar del asunto. Cuando sus jugadores se retiraron a la cueva y él afrontó a los representantes de los medios de comunicación, dejó caer una mirada parcialmente juguetona y parcialmente reprobatoria, al escuchar la mera mención de las tres palabras “Manager del Año”.
“No pienso en premios”, aseguró, para iniciar y cortar el tema en una misma frase.
Davalillo recibió una placa muy similar a la que en menos de dos semanas puede recibir de manos de Cordido, si logra vencer en la votación a Lipso Nava, Buddy Bailey y Carlos García, sus principales adversarios.
El técnico fue premiado en la 2007-2008, cuando tomó las riendas de los Caribes en una de las peores crisis de la organización y puso a la tribu en el primer lugar de la división oriental, con marca de 39-25. Meses después, fue despedido por los nuevos dueños de la novena.
“No me quejo de eso, es parte del beisbol”, aseveró Davalillo. “Es como que un bateador se queje porque un día se ponchó tres veces en un juego. Esas cosas pasan”.
El timonel de los Tiburones sí da algo por seguro: este tiempo con los litoralenses ha sido mejor que aquella vez que casi gana 40 con los aborígenes.
“Este es mejor, por muchas razones”, explicó. “Por varias circunstancias, en aquel equipo no teníamos muchos jóvenes. El único era Alexi Amarista y el último día tuvimos que enviarlo a la paralela”.
Recordó Davalillo que la presencia temprana de grandeligas como Jonathan Herrera, Luis González y Omar Infante dejaba poco espacio para los prospectos.
“Aquí hemos visto jugar a (José) ‘Cafecito’ Martínez, Eduardo Escobar, Miguel Rojas, (Ehire) Adrianza, Héctor Sánchez”, continuó el dirigente. “Y varios han venido a ayudar desde la liga paralela”.
Davalillo destacó la corona conseguida en el Programa de Desarrollo, venciendo en la final a la sucursal de los Tigres, como otra prueba de su optimismo.
“Aquí hay mucho talento joven, más que el que teníamos entonces en Caribes”, agregó. “Aquí están Heiker Meneses, Rossmel Pérez, Miguel González, Carlos Sánchez, (Jesús) Solórzano, (Luis) Sardiñas. La Guaira es presente a futuro. Y ojo, que no hablo de Davalillo. Hablo de los Tiburones: presente a futuro».
Marco Davalillo es hijo de Pompeyo Davalillo, uno de los primeros venezolanos en llegar a las mayores y también uno de los pilotos criollos más laureados, que dirigió desde finales de los años 60 hasta comienzos de la década de 2000
Publicado en El Nacional, el sábado 7 de enero de 2012. Ampliado en el blog.
Waooo funciono el proyecto SUBERO cuanto talento quedo en Tiburones que bueno que le dejo a Davalillo todo ese talento para que seamos campeones muchos aÑos como Subero lo predijo.