El ex grandeliga, ganador del premio Regreso del Año, está feliz por el galardón. Ahora espera conquistar el título y regresar en la 2012-2013
Hubo un momento, hace cuatro meses, en que Edgardo Alfonzo sólo pedía una oportunidad para jugar, un chance que le permitiera ser jugador de reserva y recibir un homenaje del público al final de la temporada. Y así despedirse del beisbol activo.
El antiguo astro de los Mets de Nueva York celebra hoy el premio como Regreso del Año, siendo cuarto bate de los Tigres, y ya no habla de su adiós.
Reciban las últimas noticias de Alfonzo: con este premio asegurado, este sábado, y la firme esperanza de conseguir otro anillo de campeón con Aragua, confiesa que desea continuar en la campaña venidera, si le ofrecen contrato.
“Espero que sí”, respondió el mirandino a la pregunta sobre seguir activo en la zafra 2012-2013. “Por mi parte me gustaría, aunque no depende de mí. De corazón y espíritu, me gustaría seguir. Debo sentarme y discutirlo con mi familia y el equipo, y esperar que Dios me dé esa posibilidad”.
El discurso ha cambiado desde octubre. Tras ser dejado en libertad por los Navegantes y ser invitado a los entrenamientos por el manager Buddy Bailey, Alfonzo ha pasado de pensar en el retiro a ser uno de los pocos jugadores a quienes Bailey pone en la alineación sin importar la mano del pitcher contrario.
“Como jugador, uno sabe lo que puede hacer y lo que no”, advirtió el inicialista y designado. “Cuando me dieron esta oportunidad, dije que no jugaría todos los días. Para eso, se necesita una preparación especial, física y mentalmente, que es lo que he tenido desde que me dijeron que iba a estar en el lineup a diario”.
Alfonzo bateó para .267 de average, con .718 de OPS. Son cifras inferiores a las que ha puesto en la liga, pero los votantes premiaron su retorno a la estelaridad.
Mario Lissón, José López, Renyel Pinto, Jesús Flores, Luis Rodríguez, Kendy Batista, Guillermo Quiroz, Darwin Cubillán y Luis Valbuena escoltaron, en ese orden y con rezago, al nativo de los Valles del Tuy.
“Le doy gracias a Dios por el premio y por darme salud”, dijo Alfonzo, que no dio por seguro el galardón ni siquiera cuando la prensa empezó a señalarle, a finales de diciembre. “Lissón tuvo una temporada excelente y hubo otros pitchers y bateadores. Pero lo recibo muy bien, es un logro muy bonito”.
El veterano, uno de los peloteros más serios en la cueva aragüeña, rió varias veces durante la entrevista.
“Para mí, todos los campeonatos han sido divertidos; si no disfrutas es porque estás en el deporte equivocado”, aseguró. “Siempre he tratado de disfrutar cada día, cada minuto. Aunque este año ha sido interesante: con Magallanes yo gozaba y sufría, aquí he pasado por un período de adaptación. Fue mi primera vez con un equipo diferente desde el primer día y me lo han hecho fácil. Lo único que no he disfrutado son los viajes, que son matadores. Pero es parte del trabajo”.
De su paso por los Tigres rescata el espíritu colectivo que encontró: “Hemos pasado por momentos muy duros, que harían caer a cualquiera, pero hemos seguido adelante contra viento y marea, buscando darle una alegría a esos familiares que perdieron a un ser querido, a Rosman (García). Esto que queda va a ser muy interesante”.
También lo será, espera, su vuelta en el próximo campeonato. Porque hay algo que tiene claro: ya no piensa en colgar los spikes y probar como técnico.
“De repente en un futuro, pero ahorita no me gustaría ser manager”, rió Alfonzo. “Todavía tengo el pelo negro”.
Tres peloteros han ganado más de una vez en premio Regreso del Año en Venezuela: Richard Garcés (93-94, 2004-2005, 2006-2007), Pedro Castellano (98-99, 2001-2002) y Edgardo Alfonzo (2007-2008, 2011-2012)
Edgardo Alfonzo no piensa aún en probar como coach, pero varios jugadores de los Tigres han aprovechado para aprender de su experiencia.
“Es interesante”, admitió el mirandino.
“Aquí hay muchachos a quienes les gusta oír», señaló. «Oír es importante, como jugador, como persona, como amigo. A algunos sólo les falta aprender a ser consistentes. La consistencia, prepararte física y mentalmente, es la base de todo. En este deporte bateas un día bien y otro mal, en un juego le das duro y de frente, y al siguiente te rompen el bate y das hit. Si te pones a pensar en eso te vuelves loco. Pero los muchachos entienden y me alegra ver cuando lo ponen en práctica”.
Publicado en El Nacional, el domingo 15 de enero de 2012.
