El Novato del Año, un premio que parece cantado.
¿Quién merece ser el Novato del Año?
Con la temporada de Héctor Sánchez, la pregunta quizás sobre.
Más bien sería preciso inquirir ¿quién debe escoltar a Sánchez, el catcher de los Tiburones?
El receptor tuvo una cosecha redonda. Defendiendo el plato al menos en la mitad de las oportunidades en que vio acción, terminó segundo entre los mejores bateadores de la liga, con .339 de average, y fue quinto entre los máximos jonroneros, con 9 estacazos de vuelta completa.
Estuvo entre los 10 toleteros más productivos del circuito en anotadas, bases alcanzadas, extrabases, y fue segundo con 40 empujadas, segundo con .548 de slugging y séptimo con .402 de promedio de embasado.
Nadie disputó tantos lideratos, jugando de principio a fin del torneo, como el grandeliga de los Gigantes de San Francisco, contando entre los reclutas.
De hecho, sería una sorpresa si no termina invicto a la cabeza de la premiación, gracias a lo arriba descrito.
La pregunta parece ser, pues, la segunda que formulamos en esta columna. Y hay varias respuestas.
Wilfredo Boscán, por ejemplo, tuvo 1.71 de efectividad en 42.0 innings, con marca de 4-1 para las Águilas. Durante algo más de la mitad del torneo, el derecho fue uno de los mejores lanzadores de la justa y garantía de estabilidad en el staff.
Freddy Galvis tuvo un notable desempeño en las paradas cortas de los rapaces, pero ¿cómo medir su aporte, en un país donde las estadísticas defensivas son un misterio y no existe modo de calcular el UZR o el índice plus/minus? Con Galvis ocurre lo mismo que con César Hernández, el camarero de los Bravos: intuimos que sus guantes están arriba de la media, sin poder probarlo. Y el average de Galvis fue apenas de .249 puntos, con .308 de promedio de embasado.
Hubo varios otros novicios con rendimiento sobresaliente.
José Jiménez dejó 1.86 de efectividad como zurdo situacional de los Cardenales, aunque con sólo 19.1 actos de labor; Jesús Aguilar llamó la atención con sus tres vuelacercas y su slugging de .478 con los Leones, pero apenas consumió 69 turnos; José “Cafecito” Martínez se adueñó de uno de los jardines de los Tiburones, con .283 de average, pero únicamente dejó .331 de promedio de embasado y .346 de slugging, cifras poco “premiables”.
Darwin Pérez fue un caso interesante, por su promedio de embasado de .407 en 51 juegos. Pero dejó de ser una amenaza para los de arriba, al cerrar con average de bateo de .227, con seis extrabases para los Navegantes.
Por todo eso, Sánchez, Boscán y Galvis aparecerán en nuestra planilla, en ese orden. Por la merecida unanimidad del primero, la segura actuación del segundo y la efectiva cobertura que el tercero hizo del campocorto de un equipo contendor.
Publicado en El Nacional, el sábado 7 de enero de 2012.