Dos candidatos parecen asomar sobre el resto en la disputa por el galardón: Marco Davalillo y Lipso Nava. Buddy Bailey y hasta Carlos García merecen consideración, pero la mayoría cita a los pilotos de Zulia y La Guaira. Para profundizar, buscamos la opinión de algunos expertos
Lipso Nava (izquierda) |
¿Qué debe tener un buen piloto? ¿Qué requisito debe llenar, aparte de ganar, para ser el Manager del Año?
Dámaso Blanco, Iván Arteaga y Alejandro Freire viven de analizar el juego, pero alguna vez acataron órdenes en el diamante y se animaron a responder ambas interrogantes.
“Un buen manager debe soportar el desconocimiento que en muchas ocasiones tienen sus empleadores”, comenzó Blanco. “Debe tener poder comunicacional, tan importante hoy, cuando los peloteros desean saber por anticipado el porqué de las decisiones. Debe conocer de sabermetría, pero también creer en los evaluadores de talento. Debe saber cuándo tocar o cambiar a un pitcher. Y para ser premiado, debe heredar a un equipo con malos resultados y llevarlo a mejores posiciones”.
“Los peloteros en el presente quieren escuchar razones”, coincidió Arteaga. “Por eso ahora no cuadra la vieja guardia, porque es necesario un balance entre la disciplina, digamos ‘cuartelaria’, y la mano suave para entender cómo son sus dirigidos hoy. Y lo principal, debe ser un motivador: entender al grupo, ser diáfano con su estrategia y saberlo comunicar, bien sea a través de su cuerpo técnico o por sí mismo”.
“Un buen manager debe tener el respeto de sus peloteros, porque hay una línea muy fina entre respeto y libertad, que se resume en disciplina”, intervino Freire. “Debe tener la confianza y buena química con sus peloteros”.
Freire cree que el galardón este año está entre Buddy Bailey y Lipso Nava.
“Tengo un respeto enorme por Bailey, por su disciplina y porque no hace las cosas sólo porque las diga el librito”, razonó. “Y Lipso, por lo que hizo con las Águilas, sin tener estrellas”.
“Marco Davalillo reúne las condiciones”, propuso Arteaga. “Ha tenido sus altos y sus bajos, aprendió de la vieja guardia, gracias a su padre Pompeyo, y tiene esa mano suave para entender las cosas del juego ahora”.
“Davalillo, Lipso e incluso Carlos García tomaron equipos con malos resultados y los convirtieron en ganadores”, agregó Blanco. “Para obtener el premio, Bailey siempre tendrá en contra el hecho de que siempre se espera de él que gane. Y de aquellos tres, me inclino por Davalillo, que dirigió un equipo que viene de ser eliminado y que apostó por jugadores jóvenes”.
Publicado en El Nacional, el jueves 5 de enero de 2012.
Nota aparte al contenido de la columna, felicitaciones Ignacio por sobrepasar el número que se dice rápido: UN MILLÓN de visitas a tu blog… Admirable pues! Un abrazo
en mi opinión, Tin Teufel, tantas cosas en contra y batalló con ese equipo, lo botaron sin razón e igual ese equipo quedó eliminado, quisiera verlo de nuevo acá con los leones. Saludos.