El emergente

La Serie del Caribe y su resistencia a cambiar

¿Quién recuerda las promesas que se hicieron hace un año, a propósito de otra deslucida edición de la Serie del Caribe?

Juan Francisco Puello Herrera, comisionado de la región, aseguró que nunca más volvería a pasar que un equipo se titulara en el hotel, no en el terreno de juego, mientras veía por televisión el partido que completaba la jornada.

Así se coronaron los Yaquis de Ciudad Obregón, hace 12 meses. En un episodio cargado de patetismo, los periodistas mexicanos debieron hacer sus entrevistas y fotografías en el lobby del albergue donde se alojó la expedición azteca.

El clásico de febrero se ha anquilosado, sufre de aterosclerosis. Se juega con el mismo formato, las mismas condiciones y horarios de 1950, cuando el beisbol y el mundo eran distintos.

Como si ahora los entrenamientos de primavera no comenzaran menos de una semana después del último out. Como si las organizaciones de grandes ligas y Japón no urgieran a sus peloteros a desertar de la competencia (¡si hasta les obligan a faltar a sus campeonatos locales mucho más a la cita multinacional!). Como si el público no tuviera puntos de comparación para evaluar de inmediato la calidad de la cita.

Puello comprometió su palabra y hasta puso un ejemplo de lo que debería hacerse: convocó a las cuatro ligas a proponer ideas y citó el formato de competencia que el periodista dominicano Enrique Rojas propuso en su columna de ESPN Deportes, como un ejemplo de lo que pudiera hacerse de inmediato, a fin de cambiar el torneo y dotarlo, entre otras cosas, de una verdadera final.

Estamos a las puertas de la inauguración de una nueva edición, que se llevará a cabo en Santo Domingo. ¿Qué cambios se hicieron?

Durante meses esperamos noticias y, al no recibirlas, buscamos en los periódicos de Quisqueya. Por fin, hallamos a Puello haciendo un anuncio en Listín Diario: el primer partido de cada día comenzará a las 3:00 de la tarde, no a las 4:00.

“Esto representa un aspecto importante que desde ya será beneficioso para el evento”, declaró el comisionado. “En los últimos años ha habido quejas por lo tarde que culmina, pero con la reducción de una hora al horario, esperamos resolver este asunto”.

¿Y todo lo demás que se dijo hace un año? ¿Qué hay con la búsqueda de mayor competitividad? ¿Qué ha pasado con la determinación a adaptarse a los nuevos tiempos y darle a la fanaticada una justa atractiva? De eso, nada. La Serie del Caribe empezará ahora a las 3:00 de la tarde. Y ya.

¿Qué dirán las autoridades del beisbol en la región si en 2012 vuelve a ocurrir que el campeón celebra en el hotel, en lugar de hacerlo en el campo?

Es posible que repitan el libreto de hace un año.

No será por falta de propuestas. Además de las publicadas por varios periodistas en medios internacionales, cada país debía llevar a la asamblea anual de la Confederación un proyecto para ser evaluado por sus pares.

¿Fracasará esta edición? Pablo Ross, un experto en mercadeo, se quejaba recientemente en la prensa dominicana por la poca promoción de la cita, cuyo montaje cuesta 3 millones de dólares, de acuerdo con Puello. Pero los torneos internacionales son un éxito o un fracaso, a veces, según el resultado de quien allí compita.

La de 2006 en Maracay y Valencia fue un suceso aquí porque Venezuela arrasó. Si los quisqueyanos ganan, meterán gente en las tribunas. Y si el campeón criollo emula lo ocurrido en 2009, cuando una escuadra de agentes libres criollos alzó el trofeo en Mexicali, habrá muchos televisores encendidos en nuestro país.

“Ojalá que llevemos un buen equipo”, terció Alex Núñez, que jugó aquella cita con los Tigres. “El recuerdo de eso que hicimos en 2009 en verdad es una gran motivación”.

Publicado en El Nacional, el lunes 30 de enero de 2012.