El quinto umpire venezolano que gana su cupo en la pelota organizada regresó al país, luego de emular a Manuel González, Carlos Torres, Jorge Terán y Robert Moreno. Será asignado a la categoría de novatos, que comienza en junio
David Arrieta, el nuevo umpire venezolano en la lista de los que han ingresado al beisbol organizado, llevó a su examen final, en Estados Unidos, la semana pasada, un bagaje que ningún otro de sus 52 competidores tenía.
Arrieta se hizo célebre en diciembre, cuando un fanático caraquista saltó al terreno, exaltado, y le increpó impunemente, sin que la seguridad del estadio Universitario le detuviera el paso.
Y sin embargo, aquel quizás no sea el episodio más inquietante que haya vivido el sexto umpire criollo que logra su internacionalización en los años recientes, contando en esa lista a Darío Rivero hijo, quien labora en el circuito de verano en México.
“Trabajar en Venezuela te da ventaja”, relató Arrieta, quien acaba de regresar al país, tras ganarse un lugar en la categoría de novatos, el segundo peldaño en la escalera del desarrollo, ubicado por arriba de la Dominican y la Venezuelan Summer League.
“Lo más difícil para mí es trabajar en Maracaibo, por mi condición de marabino”, explicó el zuliano. “Allá me conocen, conocen a mi familia, saben dónde vivo. Una vez llegué al estadio en un carro nuevo y esa noche, después de una sentencia en tercera, me gritaron: ‘Sabemos que tienes carro nuevo y que lo estacionaste al lado del malibú marrón. Cuando salgas no lo vas a encontrar’. Esa vez sí que pasé un susto. Pero al salir, el carro estaba allí”.
Un largo camino. Arrieta comenzó a arbitrar en la Summer League hace ocho campañas y ya tiene siete en la LVBP. Antes de eso, trabajó en Limenor, en su ciudad natal, luego de que su padre le llevara a un curso de umpires, a los 16 años de edad.
“Allí le agarré cariño a esto y dejé de jugar”, recordó. “El arbitraje es una pasión. Pero una pasión que hoy vivo con mucho profesionalismo”.
Arrieta tuvo que superar escollos complicados en los últimos cuatro meses, como antes le tocara al grandeliga Manuel González y a sus otros compatriotas que han probado suerte en las menores.
“Es un proceso muy fuerte, sobre todo porque en la última etapa yo era el único latino”, señaló. “En el campamento de noviembre éramos unos 64 y sólo nos dieron la beca a un japonés y a mí. Luego, en la academia de Jim Evans éramos 124 y quedamos 14. Y finalmente, de los 52 que fuimos a la última etapa, quedamos 20”.
Arrieta cuenta con orgullo que dejó la academia de Evans con el primer lugar de su promoción. Ninguno de los venezolanos que han pasado por allí ha sido evaluado por debajo del tercer lugar.
“Nuestro arbitraje sobresale en Latinoamérica”, aseguró el oficial. “Lo dicen quienes han sido nuestros supervisores aquí: (Jorge) Bauzá, antes Rich García, o cuando vino Larry Young”.
Los hechos le respaldan, a pesar de los gritos del Luis Aparicio o del aficionado que perdió la razón y saltó al Universitario.
“Aquella vez no pude dejar de voltear a la tribuna en el resto del partido”, admitió Arrieta. “Pensaba ‘¿cómo pudo pasar eso, con tanta seguridad que hay en el parque?’ Pero dos días después ya ni estaba pendiente”.
Más difícil, dijo, es vivir lejos de su hija Claudia, debido a los viajes a que le obliga su profesión.
Contó que sus colegas González, Jorge Terán y Robert Moreno se mantuvieron en contacto con él durante la última prueba, en Vero Beach, la semana pasada. Y que Carlos Torres se trasladó desde Tampa, donde arbitró un juego de doble A, para darle en persona los últimos consejos. Eso, más su experiencia en la LVBP, le ayudó a completar la meta.
“Tuve compañeros en la academia que se ponían nerviosos porque había 15 personas en las tribunas o porque llegaban a grabarnos con una cámara”, apuntó Arrieta. “Pero nosotros hemos arbitrado en home delante de 20.000 personas, con varios canales de TV. Sicológicamente, eso te ayuda”.
Ahora esperará por su asignación a la Gulf Coast League o al circuito de Arizona, con un nuevo objetivo: las grandes ligas.
“Sí se puede”, subrayó. “Cuando eres seleccionado para trabajar en las menores es porque te ven cualidades para llegar. Y ya uno de nosotros llegó”.
Manuel González arbitrará este año en grandes ligas. Carlos Torres comenzará en doble A. Jorge Terán estará en clase A media y Robert Moreno en novatos fuerte. Darío Rivero hijo está en México y ahora David Arrieta irá a novatos de día, que es el nombre que recibe la primera etapa de novatos
Domingo Álvarez, gerente general de la LVBP, aseguró que el ingreso de David Arrieta es “la ratificación del éxito del programa de árbitros que se lleva en la liga desde hace varios años”.
El ejecutivo destacó a varios de los más recientes integrantes del programa, los hermanos Gabriel y Marcelo Alfonzo, Jonathan Biarreta y Carlos Leal, como ejemplos de continuidad en la formación.
“Tenemos gran potencial”, agregó. “Es excepcional que todos (los que han ido a probar en las menores) han quedado entre los tres mejores en todas las evaluaciones. Esto es un rotundo éxito y espero que así sea asumido. Tenemos excelentes árbitros”.
Publicado en El Nacional, el martes 20 de marzo de 2012.
