Analizando el cambio entre los Leones y los Tiburones
¿Quién ganó el cambio entre los Leones y los Tiburones?
La pregunta es recurrente entre los aficionados cada vez que ocurre una transacción, y en cierto modo es injusta; si bien en todo cambalache existe el morbo de saber si alguien lleva ventaja, incluso en las filas del periodismo, también es cierto que un cambio responde a las necesidades que ambos equipos desean solventar.
Caracas, por ejemplo, entregó pitcheo, un bien siempre escaso y muy preciado en la pelota venezolana. La Guaira, por su parte, entregó no una, sino dos piezas, incluyendo a un infielder de probada valía. ¿Quién ganó, entonces?
En cualquier convenio, incluso en el más auspicioso, pueden hallarse supuestos peros.
Nos han dicho, por ejemplo, que los melenudos debieron pedir más, ya que Edgmer Escalona es un lanzador joven, grandeliga y con un brazo privilegiado. El varguense Escalona tiene 25 años de edad, una recta que viaja a 92 millas por hora, un duro slider y el estatus en el beisbol organizado que le permite lanzar en la pelota local.
En la acera contraria, oímos el argumento en contra de haber entregado a Luis Rodríguez, bajo la crítica de que esa acción significa empezar a desmantelar el equipo ganador que los escualos armaron en la 2011-2012.
Todo puede ser verdad, pero para analizar el convenio es preciso evaluar el debe y haber de cada divisa.
Los capitalinos, veamos, cuentan con un nutrido staff de pitcheo criollo. Podían sacrificar un brazo, especialmente después de los problemas extra terreno que hicieron que Escalona fuera prescindible. Tienen algunos buenos infielders, pero intuyen que Marwin González se reportará más tarde esta vez, si se queda en las mayores, y salvo Gregorio Petit, no tienen un veterano que pueda garantizar lo que ofrece el camarero cojedeño.
La mayor necesidad de los felinos es un outfielder, pero ¿cuántos patrulleros hay en el mercado con las características de Rodríguez? Es ambidiestro, ha sido líder bate aquí, tiene buen guante, es capaz de defender todas las posiciones del cuadro y cumplirá 32 años de edad en junio.
Si González se reporta temprano, si Petit está saludable y recupera su ofensiva, si Daniel Mayora mantiene el paso de la 2011-2012, habrá criollos suficientes como para armar el lineup, dejando el outfield para dos o tres importados, a la espera de que crezcan prospectos como Jesús Aguilar y Carlos Rivero (no olvidemos que Asdrúbal Cabrera está cada vez más cerca de no jugar más).
Rodríguez es una gran adquisición, como quiera que se vea.
Los salados también ganan. El infield es la fortaleza del club, con jugadores ya listos y hasta ahora sin limitaciones en el beisbol organizado, como Miguel Rojas, Eduardo Escobar, Ehire Adrianza y Renny Osuna. Y sólo estamos hablando de segunda y short.
Rodríguez tomó apenas 106 turnos en la pasada zafra y estuvo lesionado en la recta final de la eliminatoria y de nuevo en enero. Fue importante, pero no una pieza clave en el progreso de los Tiburones. En cambio, a La Guaira le ha faltado pitcheo. Es una carencia crónica. Ha contado con alineaciones de gran producción, pero pocos brazos. En ese sentido, Escalona llenará un vacío.
Lo que intriga es el tercer jugador involucrado en el pacto, Ricardo Betancourt. Es un pitcher zurdo, con 19 años de edad y experiencia sólo en la Dominican Summer League. Imposible saber qué le depara el futuro.
Quizás nunca lance una pelota en el equipo grande. Pero no deja de ser interesante que el Caracas haya conseguido un segundo pelotero a cambio de alguien como Escalona, con potencial notable, sí, pero a quien todos sabíamos iban a cambiar.
Publicado en El Nacional, el domingo 25 de marzo de 2012.
