El emergente

¿Y por qué no?

El cubano no está en el mejor momento de su carrera, ya con
37 años de edad y 17 temporadas en las mayores, pero el suyo no es un caso como
el del último gran nombre que trajeron los Leones, Hideo Nomo, cuyo paso por el
país dejó más anécdotas y malos recuerdos que estadísticas y logros.

De hecho, Hernández aún parece tener gasolina en el tanque,
como lo demuestra su actual campaña en las mayores: ha lanzado 27 juegos, con
4.70 de efectividad, aunque desde que pasó de los Bravos a los Cerveceros tiene
4.15 en 9 partidos.

El veterano está en un momento crucial de su trayectoria,
muy posiblemente. Salvo 2010, cuando puso 3.66 en 33 encuentros como abridor de
los Nacionales, y más o menos 2011, cuando de nuevo estuvo en la rotación de
Washington y cerró con 4.47, su efectividad al final de cada campaña no ha sido
mejor de 4.83 contando a partir de 2006.

¿Está cerca del retiro? Por supuesto. ¿Qué lanzador no lo
está a los 37 años de edad? Pero que aún actúe en la gran carpa marca una
diferencia con el japonés y una ventaja comparativa para los melenudos.

Nomo fue noticia de primera página en 2007. La sección de
Deportes en El Nacional abrió con su foto a ocho columnas y la primera plana
del cuerpo fue dedicada íntegramente a él. No de balde se trataba del serpentinero
nipón con mejores pergaminos en las grandes ligas, hasta ese momento.

Es cierto, tenía 39 años de edad y su siguiente intentona,
con los Reales, en el spring training de 2008, terminó con un fracaso y el
anuncio de su retiro. Pero al Caracas le ofrecieron la oportunidad de usarlo
como abridor, ¿cómo decir que no?

Al sacar las cuentas, resultó decepcionante; Nomo promedió
menos de dos innings por presentación, apareció en siete duelos y se despidió
con 6.59 de efectividad, entre el repudio unánime de la afición capitalina.

Hernández se parece más a Jerome Williams que a Nomo, aunque
está por verse si en definitiva viene a Venezuela y si, como Williams, sale
adelante en este circuito.

El hawaiano, hoy en la rotación de los Ángeles, fue un
legítimo prospecto de los Gigantes en el inicio de su carrera, a comienzos de
la década de 2000, pero las lesiones le impidieron surgir. Parecía irse del
beisbol profesional, por los números que puso en las menores en 2008 y 2009, y
no pudo lanzar en todo 2010.

Regresó de la nada, para hacer 10 incursiones en Anaheim que
abrieron los ojos de su nueva organización. Magallanes consiguió el permiso
para traerle y Williams aceptó venir para seis juegos, seis brillantes
presentaciones en las que dejó marca de 5-0, con 1.00 de efectividad y apenas
un jonrón en 36 innings.

El derecho es mucho más joven que Hernández, pues vino a
punto de cumplir 31 años de edad. Esa es una ventaja importante que debe
tomarse en cuenta al establecer una comparación.

Pero en una liga donde cada vez son más útiles esos
lanzadores veteranos como Seth Etherton, Brian Sweeney o Andrew Baldwin, que no
dependen de rectas poderosas, sino de su experiencia y control, ¿por qué el
cubano no podría ser una apuesta exitosa?

Incluso, además de los logros deportivos, si resulta
dominante traería con él un impulso adicional a las arcas del equipo, los días
que le tocará abrir.

Por supuesto, el antillano no ha firmado con el Caracas.
Hasta ahora sólo existe el permiso de Milwaukee para negociar con su agente.
Puede, así, que todo esto sólo sea una especulación. Pero no está de más
imaginar cómo sería ver lanzar de nuevo en Venezuela a un grandeliga con los
años de servicio que tiene Liván.