El
mirandino pasó de jugador invitado a héroe del clásico de octubre. Admitió que en estas fechas el bate es más pesado y no se decide por su
jugada favorita, entre las muchas que realizó en el clásico de otoño
DETROIT
Blanco cuenta que el sábado, después de dar su triple, más de 1.000 seguidores
se sumaron a su cuenta en Twitter.
inesperado de los héroes de los Gigantes en la Serie Mundial dejó el
anonimato, gracias a una defensiva impecable y su habilidad para ponerse en
circulación.
que lanza a 95 millas por hora”, dijo, sin embargo. “Los hombros, las muñecas,
las piernas están cansados y el swing es más lento”.
sobrepuso al agotamiento de jugar a diario en las mayores por primera vez,
gracias a su capacidad de adaptación; economizó los swings y empezó a embasarse
“como sea, con un toque, dragando la bola, cuestiones así”.
resultado fue una fiesta: un jugador que salvó carreras con su guante, que dejó morir pelotas sobre la raya o que sorprendió con un tablazo a la
pared. Son muchos recuerdos acumulados.
lo he asimilado”, confesó. “No me esperaba llegar tan rápido: apenas estaba
invitado al campo de entrenamientos y terminé abriendo aquí. Voy a pensar en
todo esto cuando llegue a mi casa, me siente en el sofá y diga: ‘Wow’. Por
ahora, trato de disfrutar cada momento”.
Su hijo
menor está con él en Estados Unidos. El mayor tiene siete y debió quedarse en
Venezuela, “pero yo sé que está orgulloso de tener un papá en la Serie
Mundial”.
estrenó como bloguero en MLB.com y termina el año como figura. Ha sido un
campeonato de emociones. La jugada con la que salvó el perfecto de Matt Cain le
“abrió muchas puertas”, pero no se decide a escoger un momento favorito en la
Serie Mundial.
el toque y el triple”, soltó, “porque las atrapadas siempre han sido una parte
de mí”.
El hijo mayor de Grégor Blanco prefiere el fútbol al beisbol. «Por ahora lo han puesto a jugar en todas las posiciones», expresó el mirandino, riendo. «Ojalá que sea atacante, porque corre bastante. En eso salió al papá»
Blanco nunca había vivido algo así.
“Un coach de los Gigantes me comentó el
otro día que ya tengo un año y un mes jugando sin parar, literalmente”, apuntó.
“Es bastante difícil. Voy a tener que lidiar con eso cuando llegue a Venezuela,
vea a mis compañeros jugando y sienta la fiebre de jugar».
«Sé que tengo que
descansar», continuó. «Aunque quiera jugar, soy un ser humano. No me necesitan, porque
tienen un gran equipo y deben darse cuenta. Qué Grégor nada, que saquen ese
equipo para adelante. Sé que voy a jugar. No sé la fecha todavía, pero de que
voy a jugar, voy a jugar”.
Publicado en El Nacional, el lunes 29 de octubre de 2012.
