Pompeyo Davalillo es el origen de esta inusual dinastía de estrategas venezolanos en la LVBP
Pero la cosa va más allá.
Los Aparicio tienen a Luis Ernesto, el inmortal de Cooperstown, hijo de Luis y sobrino de Ernesto, quedirigió a La Guaira, Zulia, Lara y Magallanes.
Y los Davalillo tienen a Pompeyo, el padre de la dinastía, conductor en su momento de los Leones, Tiburones y Caribes.
Este último caso es no sólo el más reciente, sino también el más destacable, por la línea descendente directa que une a los tres personales.
El «Patón» sólo tuvo dos campañas de experiencia como timonel. Fue entre las temporadas 1958-1959 y 1959-1960, con la franquicia que posteriormente evolucionó, hasta convertirse en los escualos.
El «Chico» condujo a varios equipos entre 1957 y 1984, alternándose como manager-jugador, estratega encargado y manager oficial. Impartió las órdenes con el Caracas, Oriente, Orientales, Magallanes, Valencia, Acarigua y Zulia.
Domingo Carrasquel estuvo al frente del Lara y Pastora, tanto de Occidente como de Los Llanos, entre 1989 y 1999. Dejó huella, al ser el primer piloto campeón de los Cardenales.
Luis Aparicio Ortega, «El Grande de Maracaibo», fue el primer conductor de las Águilas, en la 1969-1970. En ese torneo, su hijo terminó como el manager, otro caso singular: el de padre e hijo al frente de la misma novena en un mismo campeonato.
Luis Ernesto, el inmortal campocorto con una placa en Cooperstown, había empezado sus experiencias en ese rol en 1967, con La Guaira. Hasta 2004 acumuló también otros capítulos al frente del Zulia, Lara y Magallanes, y su última participación con esa responsabilidad fue con el primer equipo que le dio la oportunidad, los Tiburones.
Marco ha conducido a Caribes y escualos, entre 1999 y el presente.
David lleva dos juegos con los Leones en esta temporada.
Publicado en El Nacional, el jueves 8 de noviembre de 2012. Ampliado en el blog.