Un homenaje a mi maestro en estas lides, que ahora escribirá en Meridiano
Hace un
cuarto de siglo este columnista era un estudiante universitario enamorado del
teatro y del beisbol.
Hacer periodismo era una aspiración desde la
adolescencia. Forjamos nuestra vocación disfrutando la prosa limpia y el
análisis de Rubén Mijares, Rodolfo José Mauriello y Humberto Acosta, en ese
orden, en las páginas de El Nacional,
el periódico que se leía en casa.
Cuánta fortuna para un futuro periodista.
Por
El Nacional habían pasado los más brillantes
reporteros deportivos del país: Jesús Cova, Armando Naranjo, Alfonso Saer,
Domingo Álvarez, Diógenes Carrillo, Alexis González Mariche, Cristóbal Guerra y
tantos otros que formaron la escuela a la que los estudiantes de Comunicación
Social en los años 80 anhelábamos pertenecer. Por eso, cuando nuestro profesor
de géneros periodísticos nos preguntó una noche, en
deseábamos hacer una pasantía en estas páginas, el corazón dio un salto y
dijimos sí
Aquel profesor era Cristóbal y nuestra vida cambió con su
invitación.
El siguiente sábado pisamos por primera vez la legendaria redacción
ubicada entre las esquinas de Puente Nuevo y Puerto Escondido. Era 16 de abril
de 1988.
Cova era el jefe de Deportes y su forma de probarnos fue atemorizante:
a la redacción llegaría un niño golfista, que con 14 años de edad acababa de
lograr dos hoyos en uno en la misma competencia, en Estados Unidos. Debíamos
entrevistarlo para una página completa en
Dependiendo de la nota, obtendríamos o no la pasantía.
Ese golfista era nada
menos que Gilberto Morales, que crecería hasta convertirse en el mejor de
Venezuela.
De aquella mañana recordamos con fascinación las fotos y recortes
pegados en los cubículos de las firmas que admirábamos, el miedo de no saber
qué preguntarle a Morales o cómo escribir la entrevista y, sobre todo, la
emoción que experimenta un lector cuando por fin conoce a quien durante años le
ha brindado sus notas favoritas: allí estaba Humberto, el autor de Tripleplay.
transcurrido casi 25 años desde aquella mañana, la primera de un recorrido
ininterrumpido en El Nacional.
Ha sido
un trayecto bendecido. Los reporteros que llegaron antes tuvieron la
generosidad de enseñarnos el oficio, su ética, sus trucos, y transmitirnos su
amor por una profesión que no se puede ejercer a cabalidad si no se ama a
cabalidad. Algunos aún nos enseñan, cuánta fortuna la nuestra. Especialmente
Humberto, el dueño de este espacio en las últimas tres décadas.
1990, tal vez era diciembre, Mauriello nos dio la orden de escribir la primera
entrega de El Emergente. “
no puede aparecer sin una columna los días en que Humberto esté libre”,
sentenció. “Usted la escribirá y se llamará El Emergente”.
Con temor, al
principio, y placer, siempre, hicimos swing los días en que el maestro no saltó
al campo.
Una tarde, saliendo de la vieja redacción, un compañero con 30 años
en las rotativas nos felicitó. “Pero ustedes, carajitos, no se comparan con
Rubén, con Mauriello, con Humberto. Esos sí que saben de beisbol”.
Tenía razón.
Esta es la primera columna de un emergente que en adelante bateará a diario.
Humberto ya no escribirá en estas páginas, dejándonos esta ingrata sensación de
orfandad.
No hallarlo acá será extraño. No saberlo en el puesto de al lado,
difícil. Ocupar el espacio de Beisbol por dentro, Extrainning y Tripleplay es
un reto que aún no merecemos. Lo asumimos con el mismo respeto por los lectores
que nos enseñó a tener Humberto, desde la primera vez que escribimos El Emergente.
Gracias por la enseñanza y la paciencia, amigo querido. Y que nunca acaben tus tripleplays.
Publicado en El Nacional, el martes 6 de noviembre de 2012.
Apreciado Ignacio: Asi como lo escribes, es un reto que seguro cumplirás a cabalidad, porque sabes una cosa: tuviste un maestro fuera de serie. Tardaremos los aficionados al beisbol en acostumbrarnos a la ausencia de "Tripleplay", pero nos queda la satisfacción de seguir leyendo al que ya dejó de ser "El emergente" . En lo que tengas la oportunidad, reitérale las gracias a Humberto. Saludos
Con un dejo de tristeza y otro de emoción, debo agradecer a El Nacional por habernos presentado a sus lectores, en mi opinión a los 2 mejores cronistas venezolanos que sobre béisbol haya leído. Afortunadamente, el profesor Acosta sigue vigente en los medios impresos y radiofónicos. El bastión representado en él, deja en Ignacio a un heredero que sin lugar a dudas, posee el mejor "lapicero" con el que se pueden seguir escribiendo líneas acordes a la dorada época que vive el mejor pasatiempo de los venezolanos… Keep going on!
Mil felicidades Ignacio, te deseo muchas decadas de éxito. Un gran abrazo.
Saludos
Oscar
Saludos a Humberto y a Ignacio, por supuesto no me conocen, les escribo con cariño, aprecio y la cercanía de alguien que siempre ha estado cerca de ustedes. Se preguntaran porque cerca un desconocido?, pues si un desconocido como los miles, millones que siempren los leen, siendo complice de sus ideas, o por el contrario molesto por sus verdades; que sin duda ha veces a los fanaticos no nos gustan sus posiciones objetivas o críticas. No dudo que El Emergente lo hará como ningún otro, pero nunca como Humberto (claro que Ignacio no quiere hacerlo).
Sin duda dos grandes, triste por la ruptura pero seguro que vienen tiempos mejores para ambos. Los que los leemos, cercanos a la distancia, siempre estaremos agradecidos por sus maneras, por sus escritos, por su objetividad. Siempre los leeremos, siempre les creeremos, aunque a veces nos cueste…
Saludos a Humbreto y a Cristobal que ha ambos a demás de leerlos de vez en cuando os escuche a diario, desde la cola, desde las vías, o desde donde esté. Nunca he llamado su programa, no he escrito, pero hoy no me aguanté para darle un Abrazo a Humberto que seguiré y seguiremos escuchado o leyendo. Te queremos.
Que grandes lineas Ignacio no se si leerás esto pero es admirable el trabajo que ha desarrollado Humberto Acosta yo lo admiro muchísimo y me gustaría algún día conocerlo en persona y preguntarle tantas cosas que a lo mejor y estudio comunicación social y me voy por la parte deportiva así como han hecho ustedes que hacen de esta profesión una linda experiencia… AMEN POR ELLO Dios los bendiga
No habia leido esta nota viejo!!!! muy hermosa y sentida. Es un placer ver el aprecio y respeto por nuestros maestros. Soy el sobrino de Alexis González Mariche. Y pues el periodismo deportivo está en la sangre. hoy que estoy en los actos de graduación sin querer, llegé hasta en lo que considero un regalo para mi. Pues tus palabras son un regalo de conocimiento y respeto para el periodismo deportivo. Un Abrazo
Nunca es tarde para enviar una felicitación, Ignacio! Qué clase de trabajo! Muy a la altura de quien ha sido tu guía, tu faro. Con un abrazo deportivo te saludo, Wilmer Rafael Hernández (MAX F.M. 92.9, Valencia)