Buscando al mejor camarero venezolano de todos los tiempos
¿Es Edgardo Alfonzo el mejor segunda base venezolano en la
historia? John Carrillo lo preguntó en Deportes Unión Radio, citando quizás la
afirmación que hiciéramos en la nota que publicamos el lunes sobre el retiro del
mirandino.
John puso en duda el aserto, con dos sólidos argumentos: es complicado
comparar peloteros de diferentes épocas, lo cual es muy cierto, y del país han
salido otras figuras de indiscutible talante, como Manny Trillo y Gustavo Gil.
En
la crónica que publicamos, sin embargo, no decíamos que Alfonzo era el mejor,
sino el más completo. El matiz significa mucho en el beisbol, puesto que
permite compensar ciertas carencias en un área mediante la habilidad en otros
aspectos del juego.
Eso es también lo que tolera las discusiones a veces interminables
que son la sal de nuestro deporte favorito, la sazón de esas diatribas entre los amantes de la pelota.
todos los tiempos. Nunca ganó un Guante de Oro y su período de dominio duró
relativamente poco, entre 1999 y 2001, ya que los Mets lo mudaron de posición
antes y después de eso, por necesitar de un custodio para la antesala.
La
habilidad defensiva del mirandino no fue poca. Es célebre la portada de Sports
Illustrated en donde “Fonzy” aparecía con John Olerud, Rey Ordóñez y Robin
Ventura, con una desafiante pregunta en letras amarillas: “¿Es este el mejor
infield de la historia?”.
Baseball-Reference.com
tiene una estadística llamada “factor de alcance”, que consiste en tomar los
numeritos tradicionales que acumula cada pelotero con el guante —asistencias,
outs, errores, chances— y contrastarlos básicamente con lo obtenido por cada
jugador de cada liga en esa posición.
Alfonzo tuvo promedios ligeramente
inferiores a la media de la Liga Nacional en sus tiempos de intermedista,
aunque su porcentaje de fildeo siempre superó la media del circuito.
En ese
sentido, es difícil compararlo con Trillo, que llegó a imponer varios récords,
como el de más juegos consecutivos sin fallar al campo, y que consiguió tres
guantes de oro.
El monaguense fue figura al menos entre 1975, cuando fue tercero
en la votación al Novato del Año de la Liga Americana, y 1984, cuando inició su
declive. No fue un toletero inofensivo, pues ganó dos bates de plata, pero
jamás bateó .300 ni golpeó 30 dobles o 10 jonrones, y tampoco estafó 20 bases
en una misma campaña. En los años 70 y 80 no abundaban los sluggers en la línea
central.
Alfonzo, en cambio, fue una fuerza ofensiva, sin dudas. No sólo bateó
cuatro veces sobre .300, sino que tuvo, como segunda base, dos cosechas de más
de 25 cuadrangulares y más de 40 tubeyes, coronando con ese año 2000 de
ensueño, en el que cerró con .967 de OPS y 147 de OPS ajustado, una de las más
brillantes temporadas de criollo alguno en las grandes ligas.
herramienta extraordinaria y fácil.
Toma el OPS, que es la suma del promedio de
embasado y el slugging, y lo ajusta a lo hecho por los demás en la liga, es
decir, lo contrasta con lo hecho por cada bateador en cada estadio donde jugó
ese pelotero.
La media de la liga se establece en 100, por lo que 147 quiere
decir 47 por ciento mejor que los demás bates del circuito.
Trillo se retiró
con un OPS negativo de 81 y Alfonzo con 105. Pero sólo la aparición del gran
Ryne Sandberg pudo opacar el guante de Trillo.
Lo dicho: puede ser una
discusión sabrosa e interminable, especialmente si añadimos a Gil, que jugó
poco en las mayores, pero fue un rotundo protagonista aquí.
Por eso, quizás en
otra columna jugaremos con Gil también.
Publicado en El Nacional, el martes 4 de diciembre de 2012.