El Emergente. Tercer triunfo de la sabermetría

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Lo que Billy Beane todavía no consigue en Oakland, lo ha logrado en Boston el legendario Bill James

¿Quién dice
que la sabermetría no consigue campeonatos en las grandes ligas?
Esos Medias
Rojas que celebraron pletóricamente en el Fenway Park, que han ganado tres de
las últimas 10 coronas en disputa, enterraron “la maldición de Babe Ruth”
cuando su gerencia, encabezada por Theo Epstein y el mismísimo Bill James como asesor,
comenzó a diseñar el equipo a partir de los preceptos aportados por el nuevo
análisis del beisbol.
Así llegó
el título de 2004, así el de 2007 y ahora este, ya con Ben Cherington al mando.
La
diferencia entre Boston coronado y Oakland, Pittsburgh, Tampa Bay, Seattle y
las demás organizaciones que han ido abrazando la sabermetría para manejar sus
escuadras está en el presupuesto de los patirrojos.


La premisa
del libro Moneyball no es tan cierta,
aunque ayudó a vender ejemplares: cómo ganar en un juego injusto, donde los
elencos de mercado pequeño no disponen de los recursos para medirse con los
Yanquis o los Dodgers, por ejemplo.
Cuando
otras franquicias comenzaron a usar lo que Sandy Alderson aplicó con los
Atléticos, y que su sucesor Billy Beane llevó al extremo, la premisa se hizo
falsa.
Algunas
divisas de mercado grande, como los Mets y los Cachorros, han iniciado una
reconstrucción a partir de ese nuevo análisis, que conllevará a una
considerable inversión en estrellas ya formadas, una vez que hayan echado las
bases de esa restructuración.
La gerencia
bostoniana hace lo mismo que la de los Rays o ahora también los Piratas: un énfasis
en la buena defensa, en pitchers que induzcan roletazos, con buena relación
ponches/boletos; buscar promedio de embasado y slugging, antes que average;
eficiencia y contratos más ponderados, aunque no por ello menos abultados.
Todo esto parece
sentido común, no sabermetría, pero como hemos escrito tantas veces, la
sabermetría es mucho más que las fórmulas complicadas que algunos acusan, es en
realidad la aplicación del sentido común.
No es la
condena del toque de bola, es la racionalización de esa arma, a fin de usarla
sólo cuando realmente no atenta contra tus posibilidades de anotar carreras; no
es la negación del robo de base, es la confirmación de que sólo los corredores
con elevados promedios de estafa deben intentarlo, so pena de jugar en contra.
Abundan los
closets, todavía. Apenas este año, Joe Maddon se atrevió a decir que “la
sabermetría manda” y dejó de dar rodeos al hablar de lo que era obvio en él.
Para muchos
coaches y pilotos, no digamos ya peloteros, es casi una vergüenza asumir lo que
en los clubhouses todavía se ve como el invento de unos nerds.
Eso va
cambiando, lenta pero decisivamente. La pública conversión de Nick Leyva y
Clint Hurdle, viejos conocidos de nuestra pelota, es emblemática y recuerda la
caída de Saulo de Tarso de su caballo.
Negarse es
retrasar la posibilidad de sumar y crecer, bien como analistas, periodistas,
técnicos o dirigentes.
John
Mozeliak, que hasta hace poco negaba su adhesión a la corriente, quizás por ser
esa la postura de Tony LaRussa, llevó a sus Cardenales a la Serie Mundial con el
mismo diseño y sentido común.
“Ahora
somos capaces de combinar estas estadísticas avanzadas con la habilidad de
crear un modelo que nos ofrece recomendaciones para fijar cantidad y duración
de los contratos”, dijo Mozeliak a ESPN.com,
meses atrás. “Firmamos a los peloteros por lo que realmente esperas que hagan”,
no por lo que hicieron hasta la campaña pasada, la forma tradicional de
negociar.
De nuevo,
todo es sentido común. Por eso Branch Rickey lo aplicó en los años 40,
instintivamente. Y es irreversible. Está cambiando a todas las organizaciones
y, gracias a Boston, ya sabemos que te puede ayudar a ser campeón.
Publicado en El Nacional, el viernes 1° de noviembre de 2013.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

3 COMENTARIOS

  1. La sabermetría parece una tribu de militantes fundamentalistas, llenos de resentimiento contra aquellos tradicionalistas que se burlaban de sus teorías. Es como que necesitan buscarlos, pero además, que no desaparezcan, necesitan alguien con quién pelear.

    Yo soy pro-sabermetría y creo que los tradicionalistas muchísimas veces en su intento de mantener unas formas, se equivocaban. Ojo, muchas de las cosas que desmonta la sabermetría lo pensaba antes de que aparecieran los números. El valor del obp, la inconveniencia del toque de bola, el valor relativo de un cerrador; muchos otros descubrimientos fueron realmente notables y enriquecedores.

    Me llama la atención la necesidad de un título para validarla, incluso desde sus propios defensores, ¿no dependen mucho los títulos del azar en una serie corta? No necesariamente los campeones son los mejores, ojo tampoco es que sean equipos medianos. Los sistemas de competencia con playoffs, partidos de ida y vuelta etc no son necesariamente los más justos. Casos como Grecia en la Euro, Once Caldas en Libertadores, Uruguay en el Mundial 2010 dependen en demasía de la suerte. En cambio los torneos largos, sin playoffs, goles de visitante ni ninguna cosa extraña muy pocas veces merecen alguna discusión sobre si el campeón fue el mejor.

    Me llama la atención que estén tan pendientes del título, que en efecto es un reconocimiento importante, pero no entiendo cuál es esa necesidad tan grande de poseerlo.¿por qué no se preocupan en cambiar el sistema de competencia para procurar que el mejor equipo del año sea el campeón?

    • Hola Jesús. Me parece que malinterpretas el fin de mi nota. No pretendo convencer a nadie pro-sabermetría. Es una columna dedicada a quienes repiten la mentira de que la SABR no da títulos o que es una moda, o que se limita a fórmulas "empíricas", etc etc etc.
      En cuanto al sistema de competencia, creo que debemos ser realistas, jamás van a cambiar los playoffs. La verdadera justicia sería proclamar campeón al que ganó más juegos en toda la temporada y eso no da el dinero ni las emociones que ofrecen los playoffs.
      Saludos

  2. Lo que dije en el primer párrafo no va dirigido a ti específicamente, en parte sí, pero en realidad va para otros personajes que parecen prenderle velas a Bill James. Y ojo, no es un comentario reclamando, porque de hecho, yo estoy del lado de los sabermétricos. Lo que no me gusta tanto es estar tan pendiente de ver qué dice el de la vereda de enfrente

    Lo que yo planteo es que atender a aquellos que pretenden negarle méritos a la sabermetría, por la ausencia de títulos y mostrárle este de los Red Sox me parece innecesario. Digamos, no es esa su principal virtud y darle valor a los títulos no me parece tan importante, sobre todo por este sistema de competencia. Es como darles argumentos en su encono contra equipos como Oakland y su "fracaso" en playoffs

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