El Emergente. Bailey, Pedrique y otros managers candidatos

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Un vistazo a los equipos que buscan piloto en la LVBP, que son prácticamente todos, y a un puñado de opciones que están allá afuera, disponibles en el mercado
Buddy Bailey

Buddy
Bailey y Alfredo Pedrique, dos de los managers más notorios y exitosos en la Liga
Venezolana de Beisbol Profesional, están sin empleo en este momento.

Carlos
Subero, que como piloto ganó una Serie del Caribe, tampoco tiene equipo.
Eduardo
Pérez, con su buena reputación como coach de los Bravos de Atlanta, un estratega
que en su última experiencia en la LVBP metió al Zulia en los playoffs, aceptaría
gustoso un trabajo como timonel en su país natal.
Omar
Vizquel va a dirigir aquí más temprano que tarde. A Omar Malavé quiso
contratarlo La Guaira hace un año, antes de decidirse por Tony DeFrancesco.
Luis Sojo fue el campeón en la temporada 2012-2013. Oswaldo Guillén tomaría las
riendas de los Tiburones si ahora mismo quisiera hacerlo.
Abundan los
nombres de dirigentes venezolanos con trayectoria y ganas para aferrar el
volante de alguna de las escuadras que necesitan un nuevo conductor, sin contar
con los extranjeros que pudieran asomar aquí: Julio Franco, Frank Kremblas y
Julio Viñas, por citar sólo tres.

Alguno de
ellos tendrá trabajo dentro de poco, casi con toda seguridad. Pero ¿quién? ¿Y
dónde?
Ninguna
novena ha ratificado oficialmente al manager que regirá su destino en la zafra venidera.
Magallanes
y Carlos García son el matrimonio perfecto, por la corona recién conquistada y
porque el Almirante lleva ese apodo precisamente por su larga vinculación con
la tropa del Cabriales.
El único problema
ha sido siempre familiar, esa situación que un par de veces ha apartado a
García del timón que confesamente anhela tener entre manos.
García,
Luis Dorante y Pedro Grifol, en teoría, deberían regresar con los Navegantes,
las Águilas y los Cardenales. Está por verse qué decisión tomarán los Bravos
respecto a Marco Davalillo, un técnico ideal para trabajar grupos, pero quien está
bajo observación debido a la pésima campaña de Margarita.
Los Tigres,
los Leones, los Caribes y casi con toda seguridad los Tiburones tendrán un
nuevo piloto en octubre. ¿Escogerán alguno de entre ese amplio grupo que
citamos al comienzo?
¿Lo hará otro
de los cuatro restantes? Porque la eliminación de Lara dejó el proyecto de
Grifol bajo evaluación y desde Maracaibo llegan versiones periodísticas que
ponen en duda la continuidad de Dorante, a pesar de su éxito reciente y su trayectoria
ganadora.
Nadie está
seguro en este momento. Ni siquiera lo es un posible empleo para Bailey o Pedrique,
aunque lo más probable es que ambos estén uniformados al comenzar el torneo
entrante.
A Bailey lo
consideraron como una opción por lo menos dos conjuntos en plena justa
anterior, poco después de ser sorprendentemente despedido por Aragua. Pero él,
a pesar de esos seis títulos en nueve años, no funcionaría en cualquier club.
Quizás con
una nómina joven, como la de las Águilas o los Bravos, podría sacar mayor
provecho a sus características. Aunque Dorante merece seguir donde está y
Davalillo bien vale el chance.
Con los Tigres,
Bailey dirigió una paulatina razzia disciplinaria, que sacó de la divisa a la
mayoría de los veteranos, en pro de una generación de relevo que a veces se
quejó de sus modos, a veces no, pero que se casó plenamente con su determinación
de ganar, sin concesiones.
No importa
dónde termine, bien con alguno de los elencos de la capital o en los extremos
occidental u oriental, el norteamericano será una baza ganadora si, y sólo si,
la gerencia que lo contrate se compromete con su proyecto, a largo plazo.
Bailey no
es una solución de continuidad ni una apuesta a corto término. Así no sería
posible explotar sus virtudes, que las tiene, y sólo se potenciarían sus
defectos, que también los posee.
Pedrique igualmente
es un estratega para el largo plazo. Sería el timonel ideal para los Tigres, de
no ser por su nacionalidad. En los bengalíes existe cierta desconfianza hacia
los dirigentes del patio, bajo la convicción de que con un venezolano es más
fácil que los jugadores nativos se relajen.
El detalle
es que el carabobeño es realmente un grandeliga, en todo el sentido de la
palabra. Lo es más hoy, incluso, que cuando condujo a los Diamantes de Arizona,
en 2004.
¿Cuántos dirigentes
son capaces de dejar fuera del roster a su mejor pitcher, dos semanas seguidas,
porque el lanzador en cuestión no llegaba a tiempo al estadio?
¿Cuántos han
manejado situaciones así con la mano izquierda de Pedrique, que no hizo de ello
un escándalo en los medios?
¿Cuántos
han renunciado a la oferta de continuar, en pleno éxito, porque no ve
satisfechas sus exigencias de profundizar el proyecto de desarrollo que tiene
en mente?
El receso entre
temporadas promete ser noticioso y entretenido. Prepárense para el carrusel
informativo que está por comenzar.


Publicado en el-nacional.com, el domingo 16 de febrero de 2014.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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