La verdad sobre esta epidemia de cirugías Tommy John

Fecha:

El
Emergente
Un curioso vistazo a las causas que se esconden detrás de la proliferación de operaciones en el codo, un problema que afecta a varios venezolanos, incluyendo, quizás, a Martín Pérez
Tommy John

Pocos
aficionados en Venezuela reconocen el nombre de Jim Bouton, a pesar de haber
sido un ganador de 20 juegos con los Yanquis, el equipo más popular del
planeta.

Bouton es
célebre menos por sus mejores temporadas con los neoyorquinos que por el libro Ball four (Bola cuatro), que desató un
escándalo al aparecer en las librerías, en la década de los años 70.
El libro es
casi una ingenuidad, vista al día de hoy. El pitcher relató episodios de su
vida como pelotero y describió la conducta de sus compañeros. Casi todo es vox populi hoy. Pero al imprimirse,
cuando el público leyó sobre la conducta alcohólica de una leyenda como Mickey
Mantle, al saberse ese y otros muchos secretos del clubhouse, se convirtió en
un best-seller y las puertas del
beisbol se le cerraron al autor.
La carrera
de Bouton igual estaba por terminar. Aquel lanzador que a los 24 años de edad,
en 1963, fue capaz de ganar 21 juegos y que sumó otros 18 triunfos en 1964, ya era
apenas la sombra de ese astro en ascenso.

Una lesión
en el codo le causó dolores intensos durante el resto de su carrera, a la que
le quedaban siete temporadas por disputar, y para sobrevivir hasta tuvo que
aprender el arte de la bola de nudillos.
Ball Four es un texto bien escrito, ameno y muy
divertido. Una lectura obligada para todo buen aficionado que domine el inglés.
Cuando la
primera vez leímos sobre el constante dolor de Bouton, pensamos de inmediato en
qué habría pasado si le hubiera tocado jugar en esta época. Posiblemente habría
ido al quirófano al aparecer las molestias y habría regresado en grande. Le
hubieran hecho la cirugía Tommy John.
Martín
Pérez es la víctima más reciente de lo que varios medios de comunicación en Estados
Unidos y Venezuela han tildado de “epidemia”. El zurdo portugueseño tiene un
desgarre parcial en el ligamento colateral ulnar del codo y es casi seguro que
deberán operarle.
Frank Jobe,
hace poco fallecido, se hizo famoso por la revolucionaria intervención, allá
por 1974. El cirujano notó que Tommy John, monticulista estrella de los Dodgers,
había sufrido la rotura del ligamento y le propuso cambiar la historia de
beisbol.
Jobe tomó
otro ligamento del zurdo y reemplazó el tendón dañado, reconstruyéndole el
codo. Tras una terapia que tomó casi dos años, John regresó a las mayores y
tuvo tres temporadas de 20 victorias, las mejores de su carrera.
Centenares
de serpentineros han visto alargar su trayectoria en la pelota profesional,
gracias a este procedimiento. Pero ante el inusitado auge de intervenciones
este año, algunos se preguntan si no estamos ante una situación exagerada, en
la que los equipos y los médicos están recomendando la Tommy John ante el más
mínimo inconveniente en el codo.
Pues sí y
no. Brian MacPherson, periodista del Providence
Journal
, periódico que circula en conurbano de Boston, se propuso averiguar
si existían motivos que explicaran esta plaga, que ha afectado en los meses
recientes a ases indiscutibles, como Jarrod Parker y José Fernández, así como a
varios venezolanos, incluyendo a Bruce Rondón.
Lo que
MacPherson halló fue asombroso. Está publicado en la edición del pasado sábado
de su diario.
El
reportero conversó con doctores y ex tiradores. John Farrell, manager de los
Medias Rojas, fue uno de los casos más atrayentes. En su última apertura de
1987, con los Indios, sintió que algo se le rompía en el codo. Tomó anti
inflamatorios, descansó, y al llegar al spring training y notar la merma en la
velocidad de su recta, recibió más tratamiento de los médicos tribales.
Farrell
estuvo listo para hacer su primer inicio de 1988, el 7 de abril. Hizo 30 comienzos
esa campaña y 30 más en 1989. Pero en 1990, ante la persistencia de las
molestias, fue sometido a un procedimiento no muy común por ese entonces: una
resonancia magnética.
“Resultó
que durante dos años estuve lanzando con un ligamento desgarrado en el codo”,
confesó el ahora piloto.
El trabajo
de MacPherson cita otros casos y explicaciones. Mike Boddicker, por ejemplo,
dio su razón sobre por qué prefirió pitchear con dolor en los últimos nueve
torneos de su carrera, entre 1984 y 1993: “Una operación era el fin para nosotros.
Así que decidíamos seguir adelante, hasta que el brazo explotara y ahí sí fuera
el fin”.
Los equipos
entregaban salarios relativamente bajos. Los monticulistas debían asegurar su
futuro y el de sus familias. La inversión que se pagaba para firmar y
desarrollar serpentineros era una pequeña fracción del millonario negocio actual.
Hoy se han
combinado los avances en la medicina con la necesidad de proteger una inversión
que sí es cuantiosa. El tiempo de recuperación se ha reducido a un año, a veces
menos. Casi 90 por ciento de los que son operados regresan con igual o mejor
rendimiento deportivo.
Hoy es
inconcebible que se repitan casos como el de Erik Hanson, que durante tres
zafras, entre 1997 y 1999, lanzó adolorido y sin ligamento colateral, porque se
le rompió y los médicos no lo notaron.
Cuenta
Boddicker que por entonces casi toda rotura o desgarre de ligamentos en el codo
era considerada tendinitis, tratada con anti inflamatorios y no requería
cirugía ni largo reposo.
¿Cuántos como
él, Hanson y Bouton han podido sacar lo mejor de sí durante muchos años más,
después de someterse a una Tommy John y parar tan solo por un año? Es imposible
saberlo. Pero es fácil pensar que con la tecnología actual, muchas estrellas en
potencia no habrían perdido el impulso ni sus carreras.
Bruce Rondón,
Felipe Paulino, Carlos Carrasco, Héctor Rondón y Rafael Betancourt se han
sometido a la célebre operación en los tiempos recientes. Quizás les siga
Pérez.
Pero no es
una epidemia. Es el avance de la ciencia, que permite ser previsivos, atacar
radicalmente un problema grave y lograr cosas inimaginables después de un muy
corto tiempo de reposo.


IS



Publicado en El-Nacional.com, el jueves 15 de mayo de 2014.
No pudo aparecer en la edición impresa debido a la falta de papel que afecta a los periódicos en Venezuela.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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