El Emergente. El desafío de Magglito

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El Emergente

Ningún venezolano tomado en el draft colegial de las grandes ligas ha podido llegar a las grandes ligas, aunque varios jugaron hasta triple A. Acá reviso caso por caso, buscando a quien más lejos llegó 

Su padre le
decía “Magglito”. Era un niño como cualquier otro, tal vez algo gordito, que veía
con mucha seriedad cómo los periodistas robábamos tiempo a su papá, llenándolo
de preguntas.

Magglio
Ordóñez, entonces figura señera de los Tigres, lo tenía consigo en cada capítulo
importante de su brillante carrera en los diamantes.
En un Juego
de Estrellas, por ejemplo, estaba allí, sentado a su lado, en el mesón donde
recibía a los medios de comunicación. O en plena carrera por el título de bateo
de 2007, allí estaban el joven y el resto de la familia, con la misma
expectativa que toda Venezuela.
A “Magglito”
le gustaba jugar pelota. Igual que a otros hijos de célebres grandeligas
criollos. El de Víctor Martínez está todo el tiempo blandiendo un bate en las
prácticas de Detroit. Los de Oswaldo Guillén trataron de seguir carrera
profesional.

Desde el
sábado, Magglio Ordóñez Jr. tiene la oportunidad de imitar los pasos del padre.
Al ser tomado por los bengalíes, se convirtió en el trigésimo nativo en ser
seleccionado en el draft colegial de las grandes ligas. De acuerdo con Marcos
Grunfeld, que cubrió de cerca el caso, está deseoso de dar el salto.
Es una
carrera difícil. Alguna vez escuchamos decir que sólo uno de cada 100 peloteros
que firman consigue llegar a las mayores. En todo caso, el reto es doble: jamás
un venezolano tomado en el draft amateur de Estados Unidos, Canadá y Puerto
Rico ha podido jugar arriba.
¿Por qué
ninguno ha logrado su graduación? Es una pregunta con tantas respuestas, que
posiblemente sea necesario concluir que ha sido fruto de la casualidad.
Una
curiosidad nos asaltó, al revisar la lista: ¿Y quién de todos ellos ha sido el
que más cerca ha estado de celebrar?
Hernán “Tamanaco”
Adames fue el primero, en 1986. No tuvo mayor trayectoria con los Medias
Blancas y aquí, con Aragua, apenas disputó 31 juegos, con .077 de average.
Rouglas
Odor llegó a doble A con los Indios, pero le faltó ofensiva. Como infielder, jugó
seis temporadas con Zulia, Cabimas y La Guaira.
Rolando
Caridad alcanzó hasta clase A avanzada con los patiblancos, con 30.2 innings en
la LVBP para Oriente. Su hermano Ronald pudo lanzar en doble A y en nuestro
circuito tuvo buenas cosechas como relevista de Caribes y Tigres, en los años
90.
A Donato
Calandriello sólo le alcanzó hasta clase A avanzada, con una única zafra con el
Caracas.
David
Espinosa, en cambio, casi llega. Fue un prospecto muy apreciado en Cincinnati y
Detroit, actuó por 14 temporadas en las menores y en dos con el Magallanes.
Llegó hasta triple A.
También
Richard Salazar estuvo a punto de lograrlo. Lanzó un puñado de encuentros en
triple A y lleva 13 torneos en nuestro país. Ahora actúa en la pelota
independiente.
La mayoría
de los 30 casos conocidos han sucedido a partir de las firmas de Espinosa y
Salazar, en los años 2000 y hasta el presente. La tendencia es similar.
Edwar
González, Walter Díaz, Oney Guillén y Abel Nieves llegaron a triple A. Nieves
todavía juega, aunque en una liga independiente. Aquí pertenece a los
Tiburones.
Francisco Leandro,
Víctor Álvarez y Ricky Orta pudieron trepar hasta doble A. A Orta lo pararon
las lesiones, cuando parecía enrumbado a ser el primero en conseguir la meta de
las grandes ligas
Maikol González
y Gabriel Medina alcanzaron clase A avanzada, aunque González tuvo una pasantía
posterior por México, que es considerado un torneo triple A.
Romelio
López y Karim Turkamani llegaron sólo hasta clase A media.
Héctor
González, Léster Contreras y Leonardo Ochoa se quedaron en clase A de temporada
corta.
Carlos
Hereaud, Enrique Escolano, José Oviedo y Claudio Bavera únicamente jugaron en
liga de novatos.
Carlos
Asuaje y Leonardo Rojas están en clase A media actualmente. Luis Guillorme no
ha jugado en 2014, luego de estrenarse en novatos el año pasado.
Ozney
Guillén prefirió no firmar. Es el único caso. Porque aunque Maikol González
tampoco firmó la primera vez, en 2005, sí lo hizo cuando fue tomado tres años
después.
Es una ruta
complicada, de difícil ascenso. Tener la formación que ofrece el beisbol
colegial no es una garantía de éxito. ¿Cómo le irá a “Magglito”, el niño que
veía brillar a su padre en Detroit?


IS

Publicado en
El-Nacional.com, el lunes 9 de junio de 2014.
No pudo aparecer en la
edición impresa, debido a la crisis de papel que afecta a los periódicos en
Venezuela.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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