Alex Herrera no recibió el premio al Jugador Más Valioso de
la final 2011, la que los Caribes le ganaron a los Tigres. Esa distinción
recayó en Luis Jiménez. Pero Herrera merecía un galardón, algo más que el
anillo que obtuvo como parte de la tribu. Sin él, Anzoátegui no habría
triunfado.
victorias que coronaron a los indígenas. Se anotó dos ganados. Salvó un juego. En
11.1 innings que recorrió, dejó 3.18 de efectividad.
Ganó quien consiguió evitar que se desfondara el bullpen. Venció la novena
oriental, gracias a que Herrera pudo relevar temprano en el séptimo encuentro y
llevar el duelo hasta su último tercio, sin mayor daño.
(531.0), ponches (428), duelos lanzados (252) y aperturas (73) en la historia de
la franquicia. Es, sin dudas, un histórico de la divisa.
cambio de Harvey García.
Leones, dejó .555 en porcentaje de victorias. Condujo a los felinos a su más
reciente corona, la del campeonato 2009-2010, y se ganó el respeto de la cueva
con un carácter paternal.
porque no usa el robo ni el bateo y corrido; o que es pasivo ante ciertas
situaciones del juego, como parece probarlo su actitud más bien caballeresca
cuando sale a hablar con los umpires, en decisiones disputadas.
un perdedor. Nunca fue eliminado en la LVBP. Estuvo a un juego de disputar la
final en tres de sus cuatro anteriores torneos con Magallanes y Caracas. Ganó
el título en la otra justa restante.
de 12-16. Estaba entre los cinco elegidos para actuar en enero, al menos en la
hora de su despedida. En la frase de su lápida, nunca podrán escribir que haya
sido un fracaso.
despido. Por supuesto, está en contra de la medida. Piensa que con paciencia y
trabajo, habría ocurrido lo mismo en el torneo anterior, cuando los capitalinos
avanzaron a los playoffs, a pesar de comenzar con un récord de 13-15, muy
parecido al de estas primeras cinco semanas.
su trayectoria merecía un trato diferente, y se fue de Puerto La Cruz con el
despecho que carga quien se siente víctima de una injusticia.
defensa. Ciertamente, ni el estratega tenía registro positivo (aunque parte de
las respuestas para el mal momento son responsabilidad también de la oficina y
de los jugadores) ni el serpentinero zurdo había puesto sus mejores números.
relevos, en los que únicamente pudo recorrer 1.2 innings. No estaba en su momento ideal. Acaba de cumplir 38 años de edad y ya está cerca del fin. No era ya aquella pieza
vital que fue en el equipo donde era un emblema.
donde es necesario tomar decisiones que a veces son duras, que a veces funcionan y a veces no.