Melómano, fino escritor y buen amigo, trabajó en el circuito del Cardenales de Lara en los años 70 y formó parte de las mejores redacciones deportivas en Venezuela
Carlos Ortega entrevistando a Luis Aparicio |
Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com
Carlos Guillermo Ortega Gámez, una de las mejores y más elegantes plumas que ha tenido el periodismo deportivo en Venezuela, falleció la madrugada de este viernes en Caracas, tras luchar durante varios años con diferentes afecciones de salud. Cumplió 82 años, coincidencialmente, este jueves 16 de noviembre.
Ortega fue un fino redactor que cubrió varias especialidades atléticas en los diarios La República y El Nacional, donde formó equipo con brillantes profesionales de su talante y talento para la búsqueda de la noticia y su mejor redacción, entre ellos Jesús Cova, Armando Naranjo, Rodolfo José Mauriello, Alfonso Saer, Cándido Pérez, Humberto Acosta, Cristóbal Guerra, Alexis González Mariche, Domingo Álvarez y Johnny Villarroel.
Fue compañero de transmisión de Saer como comentarista en la década de los años 70 durante cinco temporadas de la LVBP, siempre con el Cardenales de Lara, entre la zafra 1971-1972 y la 1975-1976.
Usualmente sonreído, especialmente al referírsele temas vinculados a la música académica y el bel canto, era dueño de un estupendo sentido del humor cuando se trenzaba a debatir con sus compañeros más inclinados a escuchar y bailar salsa.
Eran tiempos en que los reporteros de deportes en El Nacional eran también solicitados para realizar trabajos eventuales en las páginas culturales, por sus inclinaciones personales y sus dotes de escribidores, cosa que Ortega hizo con frecuencia, especialmente a través de noticias y comentarios vinculados a la ópera y la zarzuela, dos de sus mayores gustos.
Nacido en La Guaira, en 1935, trabajó también en El Universal y fue director de prensa del Sistema de Orquestas Juveniles, así como jefe de redacción del semanario Quinto Día.
Pero Carlos Guillermo fue mucho más que eso; fue también un buen venezolano, un amigo noble de quien no se recuerda encono, un enamorado de las Bellas Artes, un maestro de quien bebimos periodismo al iniciarnos en la profesión y un afecto fundamental, a quien llevaremos por siempre en el corazón.
Será cremado este sábado sin más velatorio que la presencia de la familia más cercana, como pidió en su última voluntad.
Hoy seguro escucha la música celestial que tanto le conmovió en esta tierra. Paz a su alma.
Ignacio Serrano
Gracias por escribir este artículo. Era mi abuelo
Muchas gracias ignacio bellas palabras hacia mi padre….gracias…@.claudiaabidar @liduskaortega
Mis mas sentidas condolencias para ustedes dos…
Lo recuerdo escribiendo en "El Nacional" y fui un asiduo lector de sus columnas y crónicas. Paz a su alma.
Lo recuerdo escribiendo en "El Nacional" y fui un asiduo lector de sus columnas y crónicas. Paz a su alma.
No, Nacho, no fue que le solicitaron colaboraciones culturales. Fue que él pasó a la sección de arte, donde estuvo un tiempo, cuando yo asumí esa jefatura. Fue después de la salida de Pulido. Etapa compleja,de la que algún día hablaremos.