El dopaje de Robinson Canó y las lecciones que deja

Fecha:

El emergente

Ignacio Serrano
Zimbio.com

Robinson Canó dio positivo por consumo de furosemida, poderoso
diurético que en el deporte de alta competencia es usado para limpiar las vías
renales y permitir que la orina, al momento de un examen antidopaje, aparezca
libre de otras sustancias, como los esteroides.

Es una figura estelar en las Grandes Ligas. Ha ido a ocho
juegos de estrellas, ha ganado 11 bates de plata, va camino a los 3.000 hits y
hasta esta semana era un candidato seguro al Salón de la Fama, luego de 14
temporadas.
El camarero dio a conocer un comunicado alegando inocencia.
Admitió haber consumido el medicamento, dijo que lo hizo por sugerencia de un
médico en República Dominicana, reconoció su falta al no revisar la lista de
drogas prohibidas y aceptó el castigo. Es lo que normalmente ocurre, salvo
casos muy puntuales como los de Andy Pettitte, Jason Giambi y otros pocos que han
tenido el coraje de asumir las consecuencias de sus actos.
Algunos peloteros y técnicos lo disculparon de inmediato,
optando por creer en su excusa. Otros, aunque minoría, han sido más estrictos.
El comunicado de los Marineros es elocuente, manifestando su
decepción. En medio de una campaña en la que parece posible pelear, por fin, un
cupo en los playoffs, los acuáticos pierden a su mejor bateador.
Es un escándalo emblemático, que deja varias lecciones.
Es poco creíble que Canó sea inocente. La furosemida no se
usa para el tratamiento corriente de enfermedades cotidianas. Y él ha gozado de
buena salud, en general, desde que es figura pública. Pero si un médico es lo
suficientemente despreocupado como para recetarle algo así, sin verificar antes
en la lista de medicamentos prohibidos en el deporte de alta competencia (y se
trata de un químico estrella en el dopaje desde hace casi medio siglo), si el
galeno es tan torpe así, la culpa sigue siendo del pelotero, que demuestra
total irresponsabilidad al no revisar la cajita y buscar el listado en
internet.

Además, si un especialista le recetó mal, haciéndole perder casi 12 millones de dólares, su reputación y su futuro, ¿por qué no denunciarlo y demandarlo por daños y perjuicios? Quizás porque su defensa no es honesta, imposible no concluir en esto.

Alega que 14 años de exámenes limpios son prueba de su
inocencia. No es necesariamente así. El derecho estadounidense tiene una figura
para esos casos: “no culpable”. En el dopaje es imposible demostrar la
inocencia absoluta de alguien, porque siempre existe la posibilidad de que esté
usando una sustancia desconocida por las agencias, como pasó con Giambi y Barry
Bonds, o porque son suficientemente hábiles en la aplicación de los ciclos, al
punto de llegar “limpios” al momento de entregar la prueba de orina
(precisamente cuando un infractor teme por su limpieza es que apela a los
diuréticos).
No sorprenden las solidaridades automáticas. Abunda la falta
de información sobre este tema y a menudo es muy grande la admiración por el
ídolo caído. Esas solidaridades son una muestra de humanidad más, naturales,
pero accesorias. Importan los hechos.
Es descorazonador que Canó arriesgara su lugar en
Cooperstown. Es alarmante que 48 por ciento de los positivos desde el inicio de
los controles en la MLB correspondan a Dominicana (contra 13 por ciento de
estadounidenses y 11 por ciento de venezolanos). Es una pena que alguien con
tan brillante carrera se haya arriesgado a comprometer su pasado y su futuro por
un desliz. Pero queda la posibilidad de que este ejemplo lleve a peloteros más
jóvenes a decir que no, la próxima vez.
Columna publicada en El Nacional, el jueves 17 de mayo de 2018. 
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor. Escribo sobre beisbol desde 1985. Dirijo ElEmergente.com. Soy comentarista en el circuito radial del Cardenales de Lara y en Televen, tanto en las transmisiones de la LVBP como en la MLB. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

3 COMENTARIOS

  1. Canó no estaba arriesgando nada. Lo más probable es que su rendimiento superior haya sido el producto del uso prolongado y continuado de esteroides. Cuando finalice su carrera, se debe tomar en cuenta la influencia de los estereoides en sus números para evaluar su carrera.

  2. ¿Acaso poner en riesgo una carrera profesional con proyección a formar parte s Salón de la Fama no significa nada? ¿ Y los 14 millones de dólares en riesgo? Lamentablemente el beisbol se ha contaminado demasiado con el uso de sustancias prohibidas y en eso el fútbol es mucho más estricto. Realmente inaceptable lo de Cano, ojalá pueda recuperar su carrera como lo han hecho otros jugadores y pueda reivindicarsem

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