El emergente
Hubo un momento en que esto que hoy estamos viendo con Jhoulys
Chacín parecía imposible de repetirse. En medio de una sucesión desafortunada,
en la que el derecho venezolano no encontraba el camino de salida, tras sentir
los primeros dolores en el hombro, el recuerdo de tantos lanzadores criollos que
perdieron su estatus estelar por lesiones semejantes era una pesadilla.
la molestia apareció por primera vez. Fue en un Spring Training, a los 26 años de
edad, cuando se suponía que iba a vivir su mejor etapa en la Grandes Ligas.
maligno del Coors Field para poner cifras brillantes para un abridor de Colorado.
balance de 14-10, con 3.47 de promedio y una efectividad ajustada que le dejó
29 por ciento por arriba de la media de sus pares en la Liga Nacional.
recodo inesperado, que durante casi un lustro le robó el privilegio de ser
considerado uno de los mejores pitchers del patio.
contrato multianual terminaba y su salud era un riesgo para una organización
que no podía firmarlo por menos de los casi 5 millones de dólares que estaba
cobrando entonces.
se temió. Chacín pudo evadir el quirófano, y gracias a ello quizás salvo su
carrera.
dominantes luego de someterse al bisturí para corregir problemas en el hombro. La
lista incluye a Johan Santana, nada menos, y a Freddy García, Wilson Álvarez y Kelvim
Escobar, quienes forman, junto con Félix Hernández y Carlos Zambrano, la media
docena de astros monticulares que más brillaron para Venezuela en los años 90 y
en la primera década de este siglo.
2015 con los Diamondbacks, tras perder casi dos temporadas completas. Aún
estaba lejos de ser el de antes. Apenas lanzó en cinco ocasiones y no llegó a
30 innings.
con los Bravos y posteriormente con los Ángeles, que tomaron su contrato en un
cambio en plena temporada. Alternó buenas y malas salidas, todavía sin
conseguir la consistencia de sus mejores tiempos, aquellos en los que sumaba ponches
y, sobre todo, roletazos, una característica crucial para quien quiere triunfar
en estadios hostiles como el Coors Field.
de los Padres, y allí finalmente empezó a dar los pasos firmes que tanto buscaba.
En plena reconstrucción, los religiosos podían darle el lugar fijo como abridor
que no tuvo en Arizona, Atlanta ni Anaheim. Tuvo altas y bajas, pero el balance
final fue positivo, apuntalado por un remate que hizo recordar una característica
esencial en este serpentinero occidental: se trata de un pitcher de segundas mitades
firmó por dos años como agente libre con los Cerveceros y, tras un lento
inicio, se ha convertido en el número uno de su rotación.
Ignacio, en esa lista de los mejores lanzadores venezolanos de la primera decada del 2000 faltó Francisco Rodríguez….
Francisco no se opero el hombro!