El emergente
Ignacio Serrano
Este columnista lo confiesa: fue enchapado a la antigua. No
hay visión que le cause más regocijo en un estadio que ver la grama iluminada y
verdísima por un resplandeciente sol.
A este cronista le gusta el beisbol de día. Puede que sea
porque los colores toman más vida o porque es un viaje a la niñez, cuando
íbamos en familia al parque Universitario, entre fritangas y naranjas, y porque
ya adolescentes hacíamos el recorrido en autobús con los amigos, y siempre,
siempre era una fiesta sentarnos en los bancos, para ver un encuentro
dominical.
porque los colores toman más vida o porque es un viaje a la niñez, cuando
íbamos en familia al parque Universitario, entre fritangas y naranjas, y porque
ya adolescentes hacíamos el recorrido en autobús con los amigos, y siempre,
siempre era una fiesta sentarnos en los bancos, para ver un encuentro
dominical.
Quizás un día se cumpla el sueño de una UCV con presupuesto
y anhelo de recuperar su patrimonio universal, que construya una réplica de la
vieja pizarra que fue lamentablemente sustituida para los Panamericanos de
1983, esa donde colgaban a mano los carteles con los nombres de los jugadores.
y anhelo de recuperar su patrimonio universal, que construya una réplica de la
vieja pizarra que fue lamentablemente sustituida para los Panamericanos de
1983, esa donde colgaban a mano los carteles con los nombres de los jugadores.
Este periodista fue primero un enamorado del diamante que un
apasionado de escribir. Aprendió a aplaudir también al equipo rival. Jamás
vociferó un insulto contra alguien en el campo. Anotaba cuidadosamente los
duelos. Recortaba fotos y noticias del periódico.
apasionado de escribir. Aprendió a aplaudir también al equipo rival. Jamás
vociferó un insulto contra alguien en el campo. Anotaba cuidadosamente los
duelos. Recortaba fotos y noticias del periódico.
Así era también con el juego. Un enamorado de las
tradiciones, un admirador de los pitchers capaces de pedir la pelota con tres
días de descanso y lanzar completo, de los cerradores de tres innings, del robo
de base, el toque de bola y el bateo y corrido.
tradiciones, un admirador de los pitchers capaces de pedir la pelota con tres
días de descanso y lanzar completo, de los cerradores de tres innings, del robo
de base, el toque de bola y el bateo y corrido.
Los uniformes de antaño eran hermosos, a pesar de no estar
diseñados por compañías especializadas en mercadotecnia ni de venderse al
público, como hoy. Era menester conocer a los miembros del roster —y a los
contrincantes—, pero también a las leyendas, los héroes de pasado, los ídolos
de nuestros padres, los fundadores del pasatiempo nacional.
diseñados por compañías especializadas en mercadotecnia ni de venderse al
público, como hoy. Era menester conocer a los miembros del roster —y a los
contrincantes—, pero también a las leyendas, los héroes de pasado, los ídolos
de nuestros padres, los fundadores del pasatiempo nacional.
Ver a Clayton Kershaw o Justin Verlander sobre la lomita es
viajar al pasado y revivir las salidas de Diego Seguí o Luis Tiant, con la
espectacularidad del empaque actual: los escenarios que hoy recrean los
antiguos estadios, las cámaras apostadas en lugares insólitos, el uso de una
tecnología que nos permite ver exactamente, gracias a los radares, cuál es la
zona de strike y por dónde pasó el envío.
viajar al pasado y revivir las salidas de Diego Seguí o Luis Tiant, con la
espectacularidad del empaque actual: los escenarios que hoy recrean los
antiguos estadios, las cámaras apostadas en lugares insólitos, el uso de una
tecnología que nos permite ver exactamente, gracias a los radares, cuál es la
zona de strike y por dónde pasó el envío.
Esta diatriba en contra del nuevo análisis y la sabermetría,
que a menudo ni siquiera es sabermetría, sino simple sentido común, es natural
en la condición humana. Somos resistentes al cambio. Nos gusta más lo que
conocemos, lo que nos lleva a los mejores días, lo que nos explica el mundo
como nos lo explicaron en la niñez o juventud.
que a menudo ni siquiera es sabermetría, sino simple sentido común, es natural
en la condición humana. Somos resistentes al cambio. Nos gusta más lo que
conocemos, lo que nos lleva a los mejores días, lo que nos explica el mundo
como nos lo explicaron en la niñez o juventud.
El beisbol moderno también es hermoso y emocionante. Los
suplentes de cualquier equipo hoy le ganarían a los titulares de hace 40 años,
porque estos hacen pesas y aquellos no, estos cuentan con la medicina y la
ciencia a favor de su preparación, aquellos no. Antonio Armas nunca levantó una
mancuerna, ¿Imaginan cuántos jonrones más habría dado en la actualidad?
suplentes de cualquier equipo hoy le ganarían a los titulares de hace 40 años,
porque estos hacen pesas y aquellos no, estos cuentan con la medicina y la
ciencia a favor de su preparación, aquellos no. Antonio Armas nunca levantó una
mancuerna, ¿Imaginan cuántos jonrones más habría dado en la actualidad?
Idealizamos lo que vivimos antes porque amamos el lugar de
donde venimos. Es natural. Pero antes también hubo pitchers mediocres, no todos
en la postemporada fueron Jack Morris o Mariano Rivera, y quizás aquellos
equipos habrían hecho bien apelando de vez en cuando a un opener, a una formación
defensiva, a un modo distinto de buscar la victoria. ¿No era eso lo que hacía
Pompeyo Davalillo?
donde venimos. Es natural. Pero antes también hubo pitchers mediocres, no todos
en la postemporada fueron Jack Morris o Mariano Rivera, y quizás aquellos
equipos habrían hecho bien apelando de vez en cuando a un opener, a una formación
defensiva, a un modo distinto de buscar la victoria. ¿No era eso lo que hacía
Pompeyo Davalillo?
Vivir es un encanto cuando se encuentra la belleza de cada
momento en particular.
momento en particular.
Columna publicada en El Nacional, en su edición del domingo 7 de octubre de 2018.
Esas formaciones defensivas que se ven ahora tambien lo veiamos hace 30 años atras. En plena final Lara/Caracas de la 89/90 Domingo Carrasquel paso a alexis infante que era rl segunda base a cubrir entre segunda y tercera junto a sojo y ed sprague, cuando venia a batear Antonio Armas. El unico que quedaba entre primera y segunda era el primera base. Que si mal no recuerdo era Arturo Sanchez.
Asdrúbal Estrada era el primera base… Arturo Sánchez, jugo esa final pero con el Caracas
Si me memoria no me falla Arturo Sanchez paso en la 90_91 al Caracas. En la 89_90 era el primera base de Lara.
Amigo tiene toda la razon. El primera base era adrusbal Estrada y Arturo Sanchez era el 1ra base del Caracas. Gracias por corregirme.
Excelente artículo Ignacio….mil gracias.
Articulo que desde ya pasa a ser de los legendarios… como siempre magnifico trabajo
extraordinario artículo
Son injustas las comparaciones interépocas, ninguno de aquellos peloteros vivió las circunstancias de hoy y viceversa. Si bien es cierto que los peloteros de hoy cuentan con medicina, técnica y otras herramientas ausentes en el pasado, eso escapa a su voluntad. Aun así la mayoría de los peloteros de hoy carece de algo que abundaba en el beisbol de antaño: las ganas de jugar, salir a dar el mil por ciento en el campo, retarse a si mismo segundo a segundo, hasta en la carrera para llegar más rápido a su posición.
Entonces no es injusto..
y es justo lo que dice Ignacio..
En algunas oportunidades debemos leer y analizarla y así captar el sentido de lo que se expresa y luego veremos si es injusto o no
y como sabe usted que "los peloteros de hoy carece de algo que abundaba en el beisbol de antaño: las ganas de jugar, salir a dar el mil por ciento en el campo … " como que tiene tiempo que no va a un estadium
A adrian Garret le jugaban defensivamente con la tercera libre, y era un alboroto que se armaba. Aún asi tuvo el record de más juegos consecutivos bateando Hit
Excelente artículo Se Serrano, me llevo a mi niñez, disfruté mucho leyéndolo.
Excelente.
Magnifica columna! Leer tan interesante cronica me traslado al estadio univrsitario en 1970, cuando siendo un niño de 10 años presencie la coronacion del Magallanes como campeon de la serie del caribe. Fue una autentica "lluvia de cerveza" y la euforia mas contagiosa que recuerdo. Damaso Blanco devoraba el home anotando la carrera del triunfo, impulsado por batazo del "maestro" Gustavo Gil. Recordar a Cesar Tovar, Gonzalo Marquez y tantos otros…
La única mancuerna que usaba Antonio Armas era la botella de ron añejo.
Ignacio excelente articulo, la primera que fui al universitario fue domingo el juego era Caracas vs La Guaira los lanzadores de ese dia eran un tal Diego Segui vs Luis Tian, te imaginaras el juegazo dos guerreros en el monticulo…