Los Tigres de Detroit vendieron casi 28 mil entradas para los fanáticos que estaban ilusionados con celebrar, finalmente, el cuadrangular número 500 del venezolano Miguel Cabrera que trataba de buscar la gesta ante el fenómeno Shohei Ohtani.
“Obviamente, él es uno de los mejores bateadores de toda la historia”, dijo el jugador japonés, según reportó el periodista Jason Beck. “También ha sido una gran persona cuando hemos coincidido. Es alguien respetado en la industria. Me hubiera sentido bien en caso de que me hubiera dado su vuelacercas 500. Espero que lo consiga pronto”.
Pero no fue lo que ocurrió en la noche del martes en Detroit para mala fortuna de los 27.282 aficionados que asistieron al parque de la ciudad del motor.
Los asistentes no pudieron ver al aragueño unirse al club de los 500 bambinazos, pero disfrutaron del show que montó el japonés sobre el montículo del Comerica Park. El lanzador y bateador designado ratificó con su actuación ser el principal candidato para obtener el Jugador Más Valioso en la Liga Americana.
El pitcher nipón lanzó ocho entradas, solo recibió una carrera, fusiló a ocho rivales, le dieron seis hits y consiguió su octavo triunfo de la campaña.
Al mismo tiempo se convirtió en el primer monticulista de la historia que dispara cuarenta cuadrangulares en un torneo, luego de sacar un tablazo por el jardín derecho que recorrió 430 pies. Es el primero que consigue las cuatro decenas de jonrones en las Grandes Ligas en 2021.
Con el tablazo sentenció a su rivales que cayeron 3 carreras por 1.
“En ese momento no sabía si me iban a dar el turno”, admitió el oriental. “Me alegró haber ayudado al equipo con una carrera más”.
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Fue la segunda vez en su carrera que saca la pelota durante una apertura y las dos veces han ocurrido este año.
La ocasión anterior fue el 4 de abril, día en el que despachó su segundo cohete de circuito completo de la zafra.
Por Marcos Grunfeld