El pitcher venezolano Eduardo Rodríguez volvió a trastabillar, esta vez frente a los Rangers de Texas, después de que venía teniendo un buen desempeño general en sus últimas aperturas.
El valenciano fue castigado con cinco carreras en 3.2 entradas de labor, con cinco carreras recibidas, ocho hits, un boleto y tres ponches, labor que le costó su séptima derrota del año.
«Esto es embarazoso», sentenció el zurdo al término del encuentro. «Tengo mucha frustración porque no fui capaz de ir más allá de tres innings. Este es el tipo de juego en el cual quieres pasar la página rápido y lanzar el próximo ya”.
La presentación del carabobeño comenzó muy bien retirando a tres de los primeros cuatro oponentes que vio en acción, pero la situación se complicó en el segundo episodio cuando toleró dos carreras y empeoró en el cuarto acto cuando Brock Holt e Isaiah Kiner-Falefa lo enviaron a las duchas con sendos cohetes, incluyendo el tercer doble que encajó en el compromiso.
«En el primer inning estaba lanzando mi recta y pude localizarla donde quería», analizó Eduardo Rodríguez. «Pero después no pude controlar mi cambio y el cutter y ellos pudieron batearla”.
Fue una jornada terrible, en general para los Medias Rojas de Boston, quienes cayeron 10 por 1. Fue el cuarto revés los últimos cinco partidos para la tropa de Alex Cora, quienes han ganado siete y han perdido once cotejos en agosto.
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Los patirojos fallaron en la defensa cometiendo cinco pecados, solo pudieron anotar una rayita y los monticulistas tampoco pudieron hacer bien su trabajo.
«Este es un buen núcleo de jugadores», dijo el piloto boricua. «Pero tenemos que seguir mejorando. Esto no es aceptable. Lo de hoy fue difícil de ver. Odié como jugamos hoy, pero yo soy el mánager de esta novena y soy responsable. Tengo que ser capaz de poner a estos muchachos en una mejor posición para que sean exitosos».
Y puede que Rodríguez ayude en esa causa en su próxima salida, después de todo había aceptado solo carreras en sus últimos 16.1 innings de trabajo antes de resbalar este sábado en Texas.
Por Marcos Grunfeld