Cody Bellinger se sintió bendecido en su carrera por la oportunidad vivida en el quinto juego de la Serie Divisional de la Liga Nacional, que terminó en el Oracle Park de San Francisco.
«No piensas en ser ese tipo», dijo Bellinger mientras lo empaban de champán. “Cuando la oportunidad está ahí y el momento está ahí, simplemente trata de ser simple y permanecer dentro de ti mismo. Es una gran bendición poder estar en el momento y permanecer dentro de mí mismo y tratar de hacer el trabajo «.
Bellinger con dos strikes. Conectó a un sinker del dominicano Camilo Doval en la novena entrada y luego levantó su brazo derecho, señalando al grupo histérico en el dugout de los Dodgers.
«Bellinger no pudo meterse debajo hasta ese único swing», comunicó el mánager de los Giants, Gabe Kapler. “Así que pensé que era una buena decisión. El sinker ha sido un lanzamiento efectivo para (Doval) durante bastante tiempo. La bola rápida también ha sido un lanzamiento eficaz. Así que no voy a adivinar la decisión del lanzamiento en ese momento «.
Cuando Bellinger llegó a la inicial se golpeó el pecho. Dejando atrás meses de frustración, de lesiones y luchas de lucir completamente perdido en el plato.
“Cualquiera que sea el año, tan malo como el que tuvo”, expuso Trea Turner, “eso es lo que tenía Bellinger, tienes que dejar eso atrás y él lo ha hecho. … Ha estado trabajando. Tratando de encontrar respuestas y eso es todo lo que puedes pedir, es un tipo que trabaja duro y quiere competir y quiere hacerlo. Eso fue especial”
Justin Turner anotó desde segunda con el sencillo al central de Bellinger para darle a los Dodgers la ventaja por 2-1. Y luego ganar el quinto juego de la Serie Divisional de la Liga Nacional.
«Para él, haber sido capaz de mejorar la temporada regular. Y cambiar a la postemporada ha sido muy importante», enunció el presidente de operaciones de béisbol de los Dodgers, Andrew Friedman.
Cuando el árbitro de primera base Gabe Morales dictaminó que Wilmer Flores no detuvo su swing. Los Dodgers se aglomeraron alrededor de Max Scherzer, su cerrador de la noche que logró el primer salvamento de su carrera.
«Pusimos todo lo que pudimos en esta serie», declaró el mánager de los Dodgers, Dave Roberts. «Se necesitó de todo para vencer a estos muchachos».
Parecía que Flores no había pasado el bate con el slider de 87 mph de Scherzer fuera de la zona, pero Morales pensó que sí, poniendo fin a la temporada de ensueño de los Gigantes con una decisión controvertida.
«Todos en su carrera reciben un puñetazo en la cara», comentó Max Scherzer. El ex tres veces ganador del premio Cy Young registró los últimos tres outs de la victoria de los Dodgers que aseguró la serie.
Ahora jugarán el Juego 1 contra los Bravos de Atlanta en Truist Park el sábado. A ocho victorias de repetir como campeones de la Serie Mundial por primera vez en la historia de la franquicia.
Los Dodgers están de regreso en la NLCS por quinta vez en las últimas seis temporadas. Se está gestando una revancha con Atlanta.
El jueves fue el encuentro número 24 entre Dodgers y Giants, con ventaja 12-11 de San Francisco. Cada uno ingresó con 109 victorias, incluidos los playoffs, después de dividir los primeros cuatro juegos de postemporada, se redujo a quien alcanzó los 110.
Antes del partido, Vin Scully tuiteó que era el encuentro más importante en la historia de la rivalidad. Rostros famosos aparecieron para presenciarlo.
Los alcaldes de las ciudades. Barry Bonds. Miembros de los San Francisco 49ers y Golden State Warriors. Rob Lowe. Eran parte de una multitud vibrante de 42,375 personas casi todas vestidas de negro y naranja que dejaron maldiciendo el nombre del umpire Morales.
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Por Alexander Gómez
