El pitcher Eduardo Rodríguez tuvo su mejor apertura en un juego de postemporada. El zurdo, lastimosamente, no pudo contar con el apoyo de sus relevistas para preservar la victoria, pero su trabajo fue importante para que el elenco de Alex Cora avanzara a la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Los Medias Rojas de Boston derrotaron a los Rays de Tampa Bay, 6 carreras por 5, para sentenciar la Serie Divisional.
“La clave fue la localización de la recta», celebró el escopetero venezolano. «Eso es lo principal que debe tener un abridor”.
El carabobeño tiró cinco entradas de dos carreras, permitió solo tres hits, no dio bases por bolas y ponchó así. Así se reivindicó con respecto a su última apertura en la cual no pudo completar dos outs en el primer juego del duelo contra los floridanos.
“Lo del jueves fue un problema del comando de la recta», analizó. «Eso es lo más importante para un abridor. Si un lanzador tiene control de su recta, todo lo demás sale bien”.
El valenciano sostuvo un duelo de pitcheo contra Collin McHough en las dos primeras entradas, pero al salir el opener de la novena de Kevin Cash, se desmoronó el pitcheo de ese elenco y los artilleros bostonianos emboscaron a Shane McClanahan, a quienes le fabricaron cinco carreras después de haber sacado dos outs en la tercera entrada.
Todo empezando con un jonrón de tres rayitas de Rafael Devers.
«Conozco (a Devers) desde que llegó aquí», agregó Rodríguez. «Es un jugador increíble y un muchacho especial”.
Alex Verdugo y J.D Martínez se unieron a la fiesta con doble y sencillo respectivamente para sentenciar el compromiso, pero a pesar de que Eduardo Rodríguez tenía solo 78 envíos en el quinto inning, Cora decidió que era suficiente para enviarlo a las duchas.
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Los Rays lograron igualar las acciones en el octavo episodio, pero la alegría les duró poco después de que quedaran tendidos en el terreno con un elevado de sacrificio de Kike Hernández.
“Después de todo lo que pasé el año pasado», concluyó el monticulista Vinotinto recordando que el COVID-19 le impidió jugar en 2020. «Y los altos y bajos de este año hace de este momento algo muy especial. Le doy gracias al Señor por darme la oportunidad de estar aquí con el equipo celebrando con champaña».
Por Marcos Grunfeld