Caribes de Anzoátegui parecía fuera de los playoffs a comienzos de diciembre. ¿Cuántas veces se ha repetido esa frase? Porque el equipo más ganador de la LVBP en los últimos 12 años casi siempre empieza lento. Y casi siempre remata.
La tribu tenía la peor efectividad colectiva del torneo al comenzar el mes decisivo de la ronda eliminatoria. Los abridores no iban lejos y había problemas en el bulpen.
Incluso su proverbial ofensiva tardó en carburar, a pesar de los grandes nombres que tuvo desde el vamos.
Todo fue cambiando en el camino. Y por eso, Caribes es el único club con una racha vigente como esta: haber clasificado 12 veces consecutivas a la postemporada y llegar al Round Robin semifinal con clara opción de defender con éxito el campeonato conquistado en la 2020-2021.
EXPLOSIVA ALINEACIÓN
Un inesperado bajón del siempre productivo Willians Astudillo quizás fuera la razón principal por la que Anzoátegui no anotó más carreras en la primera mitad. Y eso, a pesar del arrollador ritmo enseñado desde el comienzo por Balbino Fuenmayor.
Pero las aguas fueron tomando su nivel. Los orientales nunca dejaron de sumar figuras, y hablamos de figuras procedentes de la MLB. Tanto ha sido así, que que hoy bien pueden exhibir el mejor orden ofensivo en la historia de la franquicia.
Al grupo que formaban Astudillo, Fuenmayor, Herlis Rodríguez, un capitán Niuman Romero en su mejor campaña, Luis Sardiñas, los veteranos José Celestino López, Oswaldo Arcia y el bigleaguer Tomás Telis se fueron uniendo más y más bates.
Y qué bates. La llegada de los grandeligas Asdrúbal Cabrera y Víctor Reyes completó el impulso de la divisa. Y ahora Balita Ortega, que llega para ser parte de la semifinal.
Caribes no debería tener problemas para seguir produciendo en un torneo con tan pocos lanzadores dominantes. Veremos si el Draft de Adiciones y Sustituciones da mayor balance al pitcheo de la liga. Y si el staff del Cardenales de Lara, único con rendimiento de alto vuelo, es capaz de maniatar a ese grupo de matones beisboleros. El favoritismo de Anzoátegui se apoya en ellos y en la experiencia que tienen para jugar cuando más difícil es.
UN PITCHEO QUE MEJORA
La gran preocupación de los indígenas era el cuerpo de monticulistas. Llegó a tener casi 7.00 de efectividad global, pero cierra con 5.67 después de empezar a corregir.
Ese registro, globalmente, sigue siendo horrible. Pero no refleja lo sucedido en las últimas dos semanas, cuando por fin han cuajado la paciencia e instrucciones del manager Mike Álvarez.
El dominicano Rafael Pineda y el veterano Mayckol Guaipe fueron los principales responsables desde la rotación. Y el bullpen se estabilizó con el novato Andrés Sotillet como cerrador.
Mauricio Llovera, Yeizo Campos y Jean Toledo sacaron la cara por los relevistas. Aún se espera la vuelta del bigleaguer Andrés Machado, de buena actuación, pero ausente por asuntos personales.
Caribes viaja con el equipaje justo en tan importante departamento. Pero supo corregir sobre la marcha, para terminar a toda carrera a pesar de faltarle brazos. Necesita más, y probablemente sumarán más en el draft y desde el Caribe. Pero tienen suficiente bateo para aspirar con motivos a un bicampeonato.
¿Será suficiente?
Al menos en la parte decisiva de la eliminatoria fue posible sacar lo mejor de los altibajos del quisqueyano Jheyson Manzueta o Liarvis Breto. Eso sí, el margen de error será más reducido conforme avance enero.
La primera corona de Caribes llegó a fuerza de batazos y con muy poco pitcheo. Pero incluso en aquella justa 2010-2011 fue necesario que un lanzador, Alex Herrera, diera una lección de dominio cuando más era necesario, a fin de concretar la fiesta.
Lo sucedido en las últimas semanas, sin embargo, es la mejor carta de presentación de Anzoátegui al llegar estos playoffs: nunca, jamás, den por perdida de antemano a la tribu.
Por Ignacio Serrano
En una liga, donde el picheo es poco menos que comiquita, deberían avanzar a otra final. A este equipo no le hace falta manager, saben jugar, cada quien hace su trabajo.