El miembro del Salón de la Fama, Pedro Martínez, entiende que no es un momento indicado para mantener una huelga en el béisbol de las Grandes Ligas.
“Muy desafortunado el momento para un paro. Entiendo que las logísticas son necesarias, que hay que buscar salidas a muchas de esas cosas. Pero desafortunadamente yo soy una de las últimas víctimas de la huelga”
Martínez recordó que cuando la huelga de 1994, le costó una Serie Mundial, cuando pertenecía a los Expos de Montreal que llevaban ritmo para estar.
Es la primera interrupción de la MLB desde 1994-95. Cuando precisamente Pedro estaba con unos Expos de Montreal que fueron muy afectados al igual que su bolsillo.
Le costó unos tres millones de dólares al perder el arbitraje por un dia. “Entiendo que es desafortunado porque el béisbol se ha convertido en ese monstruo, de posición, redes, poder económico”
“Deben encontrar una salida adecuada para que ningún fanatico se sienta ofendido por problemas económicos. Ya sea por parte de los peloteros ni de la Major League”.
Pedro Martínez, asistió al desayuno de los medios de comunicación del periodico elCaribe y las estaciones de Radio y Televisión de CDN.
Al llegar la medianoche del pasado miércoles,expiró el acuerdo de trabajo entre propietarios y jugadores. Así que los dueños decidieron cerrar hasta que se logre un entendimiento.
“Debemos buscar salidas sin tener que llegar a afectar el juego”, dijo Martínez en tono firme al ser cuestionado sobre el cierre laboral que afecta las Mayores durante su participación en el desayuno de elCaribe y CDN el pasado viernes en Santo Domingo.
“Eso es lo único porque lo que yo abogo, que se encuentren las salidas sin tener que afectar lo más mínimo del juego porque el juego está en el tope de donde debe estar. Hay que trabajar unidos los peloteros y la Major League (MLB). Es que tenemos, es que tenemos que…hay que buscar soluciones porque hay suficiente dinero”, agregó el tres veces ganador del premio Cy Young durante su carrera que terminó con un asiento en el Salón de la Fama de Cooperstown.
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Por Alexander Gómez
