Los Navegantes del Magallanes estaban embalados para ir a la final a tal punto que ganaron cinco de sus primeros seis compromisos. Todo le salía bien al mánager Wilfredo Romero en ofensiva, pitcheo y defensa. Los turcos se convertían rápidamente en la opción favorita para acceder a la final mientras no aflojaban la cima de la clasificación.
Pero casi todo se desmorona cuando gran parte del elenco entró en un severo slump.
El brasileño Leonardo Reginatto pasó 16 tunos sin conectar imparables, el dominicano Alejandro De Aza llegó a dar un solo incogible en 11 visitas al plato y dos en 15. El campeón jonronero de la contienda Nellie Rodríguez ligó para .216 de promedio y un muy discreto .667 de OPS.
El pelotero que más cuadrangulares pegó en la zafra no sacó una sola pelota en toda la postemporada y terminó marchándose para atender asuntos personales.
La situación fue similar para Pablo Sandoval y para Carlos Pérez, que para cierto momento del Round Robin solo tenía tres indiscutibles en 30 turnos.
Ese panorama se complicó aún más cuando el ex grandeliga Bruce Rondón dejó de tener efectividad, por momentos.
El Cerrador del Año llegó a permitir siete carreras en dos salidas seguidas contra el Cardenales de Lara. Sufrió su primer blown save de todo el torneo y apenas sacó tres outs en esas dos presentaciones. El relevista valenciano se apartó del club por unos días. En principio alegó inconvenientes familiares y después admitió que necesitaba descansar.
La clasificación de los turcos se vio amenazada y el estratega a cargo tuvo que buscar soluciones, en principio dándole un sacudón a su alineación. El piloto puso al encendido Ángel Reyes como tercer bate y Sandoval a escoltarlo. El infielder Reginatto fue bajado al séptimo puesto del lineup y Pérez ha perdido tiempo de juego contra Arturo Nieto. El slugger Alberth Martínez retomó la titularidad perdida y la gerencia buscó ayuda en México en el súper veterano Jesse Castillo para reemplazar a Rodríguez.
El taponero Rondón volvió y lo hizo en gran forma con tres innings casi perfectos. El bombero solo ha tolerado un hit desde que retomó su papel, ha fusilado a dos y no le han hecho más carreras.
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Los filibusteros pudieron ganar cuatro de sus últimos seis compromisos. En la última serie vital contra los Caribes de Anzoátegui fueron capaces de dividir en Puerto La Cruz para garantizar su pase a la final contra los aborígenes.
Los eléctricos superaron el slump, las sanciones de la OFAC y otros escollos para encontrarse ahora en su primera final en más de un lustro.
Por Marcos Grunfeld