El mexicano Carlos Sepúlveda, ganador de Guantes de Oro en el beisbol de la Cota del Pacífico, no se despedirá de Venezuela sin consumir un turno con Leones. El infielder fue inscrito en el roster semanal del Caracas y jugará desde este lunes en reemplazo del cubano Yosmany Guerra, en la continuación del Round Robin seminal de la LVBP, donde los capitalinos dependen de un supermilagro .
«Hoy entrará Sepúlveda en lugar de Guerra. Hay que recordar que el antillano tiene 38 años de edad y tiene que tener su día libre», dijo Richard Gómez, gerente deportivo del conjunto melenudo, quien ve muy cuesta arriba la clasificación del equipo a la final del torneo. «Es muy difícil», dijo.
El periodista Ignacio Serrano, de El Emergente, consultó al analista Héctor Cordido sobre las posibilidades de clasificar de Leones y esta fue su respuesta:
Sepulveda, por su parte, un jugador nacido en Monclova hace 25 años, terminó la campaña en México con 225 turnos al bate en los que dio 63 hits, entre ellos 14 dobles y seis cuadrangulares, anotó 31 carreras e impulsó 22 rayitas, para terminar con una línea de .280/.399/.422 y un OPS de .821.
GUERRA BAJÓ EN EL ROUND ROBIN
Guerra, por su parte, disfrutó de su tercera campaña en Venezuela después de lucir los uniformes de Águilas del Zulia y Tigres de Aragua, elencos en los que terminó con promedio de .388 y.305; mientras que con los dirigidos por José Alguacil finalizó con .328 en la ronda regular.
El antillano, como buena parte de los juedores fialinos, tuvo un bajón en su rendimiento en el Round Robin, escenario en el que ha disputado 10 compromisos, tiene nueve indiscutibles, dos de ellos dobletes, ha anotado tres carreras y ha impulsado la misma cantidad.
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En el plato Guerra ha mostrado paciencia y un reflejo de ello son las nueve bases por bola recibidas, contra tan solo dos ponches, para un average de .243/.404/.297. «Había decidido dejar el beisbol», contó el infielder al periodista Luis Alvarado De Sousa, de prensa de la LVBP, al inicio de la zafra.
Habrá que ver cuál es su próximo paso.
Por Johnny Villarroel