Por Marcos Grunfeld
La firma de Diego Cartaya, hace menos de un lustro, fue apoteósica. Los Dodgers de Los Ángeles celebraron por todo lo alto llevarse a la joya de la corona. Después de todo le extendieron un bono de 2.5 millones de dólares como bono en 2018. El portal MLB Pipeline lo clasificó como el mejor recluta de su clase en aquel año.
Es una rareza en ese tipo de firmas. La enorme mayoría de quienes obtienen esas bonificaciones suelen perderse en el camino. No es el caso del maracayero. Cuatro años después sigue ilusionando al alto mando de los esquivadores. A falta de peloteros de las Grandes Ligas en el Spring Training debido al cierre patronal, el catcher tiene a todos cautivados en los entrenamientos de las Ligas Menores, cuya campaña arranca el 8 de abril.
«Es un pelotero impresionante», dijo Will Rhymes, encargado del departamento de desarrollo en los Dodgers de Los Ángeles. «Es grandioso cuando un receptor valora la relación con los lanzadores. También es increíble como maneja el staff a tan corta edad».
En un reciente entrevista, el venezolano explicó que estaba muy enfocado en mejorar su defensa. También hace caso a lo que puede aportar con el bate. Pero cree que su principal carta de presentación es lo que pueda hacer detrás del plato porque allí puede contribuir en los nueve innings de cada partido.
«Su personalidad es excelente para alguien de su posición», agregó Rhymes al OC Register. «La gente quiere estar cerca de él. Se ha ganado la confianza de todos los monticulistas. Creo que tiene una gran intuición para llamar los juegos. Recibe bien a los escopeteros, tiene buen brazo y es bastante activo».
Pero también puede aportar con el madero.
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El aragüeño viene de producir .298/.409/.614, con 10 jonrones, 6 dobles, 31 anotadas y 31 fletadas en 31 juegos en su debut en Clase A con Rancho Cucamonga en 2021.
«Es emocionante cuando alguien tiene esa habilidad natural en los dos lados del juego», añadió el ejecutivo de los californianos. «Veremos que pasa en los próximos años. Ahora mismo está en un buen camino».
(Marcos Grunfeld)
