Por Marcos Grunfeld
El segunda base de los Yanquis de Nueva York Gleyber Torres está reunido con varios compañeros de su equipo en un campo en Tampa. El embajador vinotinto y sus colegas de los Mulos del Bronx esperan ansiosamente la llamada que les autorice ingresar al complejo primaveral del elenco de Aaron Boone para comenzar el conteo regresivo para la temporada 2022.
Nada de eso parece que sucederá pronto después de que el comisionado Rob Manfred postergara el inicio de la campaña para el 7 de marzo, cuando menos. El Sindicato de Peloteros y los dueños de los 30 clubes siguen sin ponerse de acuerdo para firmar un nuevo contrato colectivo. Ese es el instrumento que gobierna todos los movimientos en el roster de 40 de la MLB.
«Espero que puedan resolver esto», dijo el caraqueño al New York Daily News. «Ya deberíamos haber jugado algunos partidos de exhibición. Pero estamos listos para empezar. Solo queremos regresar y jugar».
El venezolano se está preparando quizás para una de las temporadas más importantes de su carreras. El camarero sufrió un severo slump en las últimas dos contiendas. En ese lapso bateó para un discreto .256/.337/.366, con apenas 12 jonrones, 30 dobles, 67 empujadas y mismo número de anotadas.
El piloto de la novena de la Gran Manzana ya hizo oficial que el bateador derecho será el segunda base fijo del club para el 2022.
Eso le quita un enorme peso de encima a Gleyber Torres que tuvo varios problemas al encargarse del campocorto del Yankee Stadium en las dos últimas contiendas. Eso fue hasta septiembre del año pasado.
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«Creo que estamos más que listos», reiteró el infielder. «Hemos estamos trabajando en sesiones separadas».
Esos entrenamientos han sido con Luke Voit, Luis Severino e incluso se han sumado piezas de otros clubes como Rafael Devers y Didi Gregorius que ya llevan varios días esperando, como todos, que los peloteros vuelvan al campo y escuchar la voz de playball.
(Marcos Grunfeld)